CABLE A TIERRA
Covid-19: aprender de lo actuado
Mucho se ha dicho respecto de que es la población indígena la que no quiere vacunarse,y con eso se justifica la falta de logro, que nos tiene como el país con la cobertura de vacunación covid-19 más baja de Latinoamérica. Sin embargo, si bien hay comunidades e individuos con resistencia a vacunarse, el estudio efectuado por el equipo liderado por la doctora Mónica Berger, de la Universidad del Valle, con apoyo de OPS, demostró que, para la mayoría, el principal problema ha sido no tener acceso a la vacunación, no el rechazo a la vacuna. Lamentablemente, el MSPAS aún no lo hace público, lo que limita profundizar en la comprensión de lo que está ocurriendo desde la perspectiva de la población.
' Quince meses de retraso en el logro de metas mínimas de vacunación covid-19 en el país.
Karin Slowing
Estaba pendiente ver el otro lado, el de la oferta vacunal que hemos tenido y los problemas que se han enfrentado para que el Ministerio de Salud, ente rector y principal proveedor de servicios de salud para la mayor parte de la población, pueda vacunar y garantizar acceso equitativo a la vacunación. Para estudiar de manera más sistemática estas situaciones, el Laboratorio de Datos GT ha generado un esquema conceptual que parte de reconocer que hay una multiplicidad de factores y dinámicas que inciden a nivel global, nacional y de la propia institución de salud que se han constituido en poderosas barreras para lograr una vacunación exitosa. Una primera parte de este estudio se presentó el jueves 10 de noviembre 2022, donde se expusieron 14 distintas barreras institucionales que se han enfrentado.
Cinco barreras están relacionadas con el acceso a vacunas en los mercados globales y las desigualdades que imperan en ese contexto, además, claro, de la negociación espuria de la vacuna Sputnik, que más tiene que ver con temas de gobierno nacional e intereses opacos que trastocaron gravemente todo el curso de la vacunación en el país. Otras cinco lamentablemente tienen que ver con un diseño de plan de vacunación que se hizo al margen de la realidad compleja, heterogénea y diversa que es Guatemala y que pensó en una vacunación eminentemente urbana y capitalina, como que esa fuera la realidad nacional dominante. Tampoco consideró cómo resolver realidades institucionales preexistentes como son los déficits de personal para vacunar, de cadena de frío y de comunicación y relación con los liderazgos y prácticas sanitarias propias de las comunidades, entre otros. Finalmente, están cuatro barreras que se enfrentaron durante la ejecución de la vacunación, que, sumadas a los déficits de diseño, nos dan como resultado una cobertura vacunal de apenas 51% con una dosis y 41% con dos dosis a noviembre 2022. Valga recordar que 40% con dos dosis era la cobertura esperada para agosto 2021. Es decir, vamos con 15 meses de retraso en el logro de metas, situación que se agravará ahora que ya prácticamente no hay vacuna en el país.
Muchas barreras institucionales fueron inducidas por las decisiones y acciones de las propias autoridades nacionales e institucionales a cargo de manejar la pandemia y la vacunación. En otros casos, las barreras documentadas reflejan problemas sistémicos y estructurales de más larga data que vive el sistema público de salud, en particular afectando al MSPAS. Estos aspectos requieren un examen más a profundidad, que todavía se está realizando y que se estará presentando próximamente, complementando el análisis que se presentó el 10 de noviembre. Son aportes para la reflexión nacional e institucional, que ojalá sirvan al MSPAS para trazar una nueva etapa en el abordaje de los problemas de salud y de amenazas de alto impacto, como esta pandemia y otras por venir. El estudio lo encuentran en www.elfuturodelaspandemias.org y en www.labdedatos.org.