La orgullosa Capitanía General de Guatemala o Reino de Guatemala, con su capital Santiago de los Caballeros de Guatemala y a partir de 1776 Guatemala de la Asunción, integrada por Guatemala, El Salvador, Honduras, Nicaragua, Costa Rica y Chiapas, queda desintegrada después de la independencia, anexión a México y posterior separación. Guatemala se mantuvo a la cabeza de Centroamérica, manteniendo su hegemonía en lo económico, social, cultural y otros aspectos.

Sin embargo, hoy día, se encuentra en una encrucijada en comparación con sus vecinos en Centroamérica. A pesar de sus potencialidades, el país parece haberse rezagado en varios aspectos. Países como Costa Rica le han rebasado en muchos de los indicadores, al ser un país más equitativo y con mejor distribución de la riqueza. Se considera un caso exitoso en términos de desarrollo, con ingreso mediano alto ha registrado un crecimiento económico constante en los últimos 25 años, es líder mundial por sus políticas y logros ambientales que lo han convertido en una marca verde. La combinación de estabilidad política, contrato social y crecimiento estable ha dado como resultado uno de los índices de pobreza más bajos de América latina y el Caribe. El Salvador un país siempre “luchador” ahora con el presidente Nabil Bukele, creyente, firme, decidido a acabar con la corrupción y firme en su combate a la “inseguridad” al controlar frontalmente las pandillas que durante muchos años tuvieron a la ciudadanía de ese país de rodillas y bajar drásticamente el índice de criminalidad, parece encaminarse al desarrollo, demostrado en la infraestructura que desarrollado en los últimos años, un ejemplo es la nueva Biblioteca Nacional que abrirá sus puertas las 24 horas del día, única en este tipo de gestión a nivel mundial, con auditorio para conferencias, espacios para personas con discapacidad, una sala VIP, un Café Biblioteca, sala de ventas de Editorial El Salvador, sala de consulta del Archivo General de la Nación, con niveles dedicados a la niñez, a la adolescencia, a jóvenes y una colección impresionante de libros. También inauguraron recientemente el Hospital Nacional de el Salvador considera en ese momento el más grande y moderno de Latinoamérica.

El pueblo guatemalteco eligió presidente con la esperanza de un cambio. Cansado de la Corrupción imperante en el país. Corrupción que consume gran parte de los recursos de la nación, yendo a parar a manos de los bolsillos de políticos de turno, y empresarios inescrupulosos, pero apadrinados por oscuros grupos que se benefician con el estado actual, al tener cooptados todas las instituciones estatales, bajo la protección beligerante de poderosos empresarios que siempre han gobernado tras la silla está nación, y la mirada aparentemente indiferente del ejército que no ha tomado partido a la espera de aliarse con el mejor postor. Los tentáculos han llegado inclusive hasta la Universidad de San Carlos, que por años ha sido un lugar para el ensayo político de la mayoría de politiqueros actuales, pero que ahora ha tomado protagonismo al servir de escenario para hilvanar acusaciones espurias que buscan evitar la toma del poder del presidente y vicepresidenta electos. Algo nunca visto, al ser el lugar natural de muchas de las manifestaciones en contra de las injusticias del país, ahora se ha revertido para los valientes que en su ocasión se manifestaron en contra de la fraudulenta elección del rector actual, que tuvo que asumir en forma secreta pues era vox populi que su elección no fue legal. La academia estatal ha sido herida y se pone contra la pared su preeminencia, por intereses mezquinos de malos hijos de la patria.

Pero, aunque hay determinación de no dejarlo gobernar, aun cuando el presidente electo Bernardo Arévalo asuma en enero, hay esperanza de por lo menos sentar las bases para que Guatemala camine al desarrollo. El país es resiliente, con abundantes recursos naturales, ubicación estratégica, ciudadanos trabajadores, con bono demográfico favorable.

¡Cómo me dueles, Guatemala, pero espero verte desarrollar!