Pluma invitada
Colaborando con la inteligencia artificial
La inteligencia artificial no viene a sustituirnos, sino a complementarnos.
Los emprendedores son reconocidos como personas activas, soñadores, generadores de nuevas ideas y por perseguir sus metas de manera incansable. Entre ellos mencionemos a Henry Ford, William Boeing, Steve Jobs y Elon Musk. Sin restarle a su mérito, debemos reconocer que siempre hay un equipo detrás y es la chispa del emprendedor la que los une y motiva. El emprendedor siempre incorpora a su equipo a personas capaces, de diferentes disciplinas, y logra motivarlas e integrarlas. Se trata de un equipo totalmente empoderado que toma decisiones, que es responsable de los resultados obtenidos y que busca alcanzar una meta. Un equipo donde la jerarquía existe, pero no se ejerce, ya que todos pueden opinar y sus recomendaciones son evaluadas de manera objetiva. Sin su equipo, cualquier emprendedor en alimentos quizás nunca hubiese pasado de una carretilla de shucos.
La inteligencia artificial no viene a sustituirnos, sino a complementarnos.
Existe un panorama similar con los trabajos y la fuerza laboral en el siglo XXI. Todas aquellas tareas monótonas, mecánicas y repetitivas serán automatizadas con robots que tomarán el lugar de personas. Es bueno, ya que el robot no se cansa ni se aburre al realizar la misma tarea todo el día, y a la persona se le puede entrenar nuevamente para que asuma funciones más productivas. Debe aclararse que la automatización es solo el inicio y no es en sí la IA. Hoy, algunos mencionan que los trabajos que ahora peligran por la IA son aquellos que realizan predicciones como de la bolsa de valores, del clima, de las finanzas empresariales, etc. Sin embargo, la realidad es otra.
Los robots exploradores de Marte son autónomos y deciden por sí mismos cómo evitar un obstáculo en su recorrido establecido desde Tierra. El piloto automático de un avión de pasajeros moderno utiliza la IA para volar y seguir el curso fijado manteniéndose una tripulación de vuelo a bordo. Son dos ejemplos sencillos de aplicación de la IA. Esta es programada por humanos y, entre muchas otras tareas, realiza análisis más complejos y, sobre todo, más rápidos que cualquier persona, siendo un gran apoyo en la toma de decisiones.
Incluso se comenta que la IA ofrece un diagnóstico médico más acertado, que la IA identifica la mejor manera de publicitar ciertos artículos en sectores específicos e incluso que la IA presta una efectiva atención al público cuando las consultas son recurrentes. Sin embargo, siempre hay un médico que revisa el diagnóstico del paciente, un publicista que supervisa la campaña y un asesor de atención al público para atender los casos no usuales.
De lo anterior observamos que la IA no viene a sustituirnos, sino a complementarnos. Es una sofisticada nueva herramienta que le permitirá al intelecto humano dar un salto cuántico en su desarrollo. Situación similar a cuando se inventó la rueda o cuando las calculadoras y las computadoras sustituyeron a la regla de cálculo. Sin embargo, a pesar de toda la sofisticación que pueda alcanzar la IA, esta nunca va a sustituir a un humano en un trabajo, pero este sí será sustituido por otros humanos que saben utilizar y se apoyan en la IA. ¿Con quién acudiría usted, con un buen médico, con un buen médico que utiliza IA o con un robot?
En conclusión, igual que los emprendedores abrazan la indispensable colaboración de sus equipos de trabajo, debemos aprender a utilizar y apoyarnos en la IA. No con la finalidad de que realice nuestro trabajo, sino para que colabore con nosotros. Solo así lograremos crecer, prosperar y asegurar un mejor futuro para todos y para el país.