Fuera de la caja
Coherencia en imagen corporativa; las acciones como factor diferenciador
Una empresa coherente actúa con una actitud lógica y consecuente a sus principios.
Coherencia; del latín, cohaerentia. Significa conexión, relación o unión de unas cosas con otras y actitud lógica y consecuente con los principios que se profesan (definición de la Real Academia Española).
En un entorno altamente competitivo y digitalizado, una buena imagen y reputación son fundamentales para construir confianza.
La imagen corporativa está basada en el conjunto de características o atributos que la empresa da a conocer ante sus grupos objetivos, en función de los cuales se le asociará y reconocerá y queda conformada en conjunto por la percepción de sus mismos grupos objetivos en relación con sus productos, servicios, filosofía y su misma comunicación.
Puede variar con el tiempo, según las acciones de la misma empresa y de situaciones distintas, y define, además, la actitud de los consumidores hacia la empresa o la marca, por lo que es un factor muy importante.
La comunicación corporativa es el conjunto de criterios y canales que se utilizan para enviar los mensajes a los públicos de interés. Es importante que en la comunicación que se transmita estén presentes los valores que la empresa considera propios y que contribuyen a reforzar su imagen corporativa, por lo que aspectos como el tono del mensaje, las palabras utilizadas, la extensión de la comunicación misma e incluso aspectos tipográficos son factores determinantes para construir una estrategia de comunicación coherente.
Esta es una política que debe ser sostenida en el tiempo para que los mensajes de la empresa resulten fácilmente reconocibles en todos los niveles, ya que el consumidor se crea su propia imagen de la empresa de acuerdo con la estrategia de comunicación que la empresa elige para transmitir una imagen corporativa. Ante consumidores más informados, en búsqueda de experiencias de compra y de sentirse conectados emocionalmente con las empresas, la percepción de los mercados de consumo de la imagen de las empresas toma relevancia.
Al pensar en la imagen de una marca, se puede comparar con el funcionamiento en las personas, que es muy similar. En cuanto a acciones y percepción, una marca es la suma de todo lo que hace. Todo debe poder estar basado en un mismo concepto, pues la coherencia de marca se encarga de transmitir una imagen fiel sobre la organización.
Para que la identidad corporativa (lo que es) coincida con la imagen corporativa (lo que sus públicos piensan sobre la empresa), es necesario poder establecer una buena comunicación entre la marca y todos sus stakeholders o grupos de interés.
La gestión de imagen de las empresas es fundamental hoy en día, ya que una buena imagen y reputación pueden generar confianza y lealtad por parte de los clientes, mejorar la relación a nivel interno y externo, atraer inversionistas y asegurar el apoyo de la comunidad. Todo ello puede tener un impacto significativo en el éxito y la sostenibilidad de la empresa. En un entorno altamente competitivo y digitalizado, una buena imagen y reputación son fundamentales para construir confianza.
Una empresa coherente actúa con una actitud lógica y consecuente a sus principios.