PLUMA INVITADA

Civismo y ciudadanía

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La deóntica social es un acto ciudadano. No está sujeto a controladores políticos de ninguna naturaleza. Los ciudadanos de Guatemala, en palabras de Aristóteles, “no somos ni dioses ni animales”.

' Amemos la libertad y la democracia y seamos siempre el país que toma decisiones correctas.

José Miguel Argueta

Ser civilizado es estar comprometido con la acción de compromisos legítimamente ciudadanos. Uno de ellos e importante ahora es el hecho de votar.

Cualquier afirmación que provenga de cualquier sector, sea lenguaje expresivo, directivo o de cualquier otra índole, que no fomente ese deber ciudadano es un acto en contra de la forma clara de democracia y atribuciones legítimas que no pueden ser incompatibles con la irresponsabilidad de acciones tendentes a la desestabilización del país por parte de sus propios ciudadanos.

La actitud deóntica solo es llevar a la práctica un compromiso adquirido en el momento de cumplir la acción libre de empadronarse y disfrutar las ventajas que los mecanismos de pesos y contrapesos de la administración pública posee.

La actitud de reconocer un compromiso doxístico consiste en reconocer las actitudes inferenciales de ser ciudadanos responsables.

Todos los que integramos Guatemala adquirimos compromisos consecuenciales y somos solidariamente responsables de dirigir los destinos de Guatemala en los próximos cuatro años, pospandemia y donde la recuperación económica, social y humana es imperativa.

Los estados deónticos (de deber contractual) son humanos. La actitud adoptada por los individuos es la única que tiene sentido en la vida republicana.

Las críticas a nuestra ingenuidad política vienen precisamente de criterios totalmente alejados de la verdad, bajo fantasmas del pasado que nada tienen que ver con la urgente necesidad de corregir responsablemente el rumbo de nuestro país.

La acción de votar es el ejercicio ciudadano que templará el estado de Derecho en Guatemala y que define la diferencia en el contexto global.

No es objeto de colaborar con tal o cual partido o recibir tal o cual dádiva, es que nos importe la acción individual y la actitud de crecimiento sobre la arbitrariedad de aquellos manipuladores de la verdad que destruyen y quieren tapar el sol con un dedo.

Venimos de una pandemia que casi destruye las bases de la vida civil y casi nos orilla a destruir nuestro propio comportamiento honesto y humano.

Todos los guatemaltecos estamos comprometidos con nuestra familia y comunidad para hacer retroceder todos los mecanismos ilegales de asalto al poder y fuera de cualquier noción de normas de recto comportamiento, principios y valores.

La Corte de Constitucionalidad no es la corte celestial que debe marginar la elección libre del ciudadano por una Guatemala cuya Constitución debe proteger sus derechos fundamentales y no lamentarse por las razones por las cuales se excusan de obedecerla.

Amemos la libertad y la democracia y seamos siempre el país que toma decisiones correctas en medio de la adversidad, y cumplamos el deber de votar.

ESCRITO POR:

José Miguel Argueta

Profesor universitario del curso Unión Europea. Formación doctoral en Derecho en la Universidad Francisco Marroquín y Comunicación Estratégica en la Escuela de Ciencias de la Comunicación de la Universidad de San Carlos de Guatemala. Politólogo de profesión.