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Cinco dilemas clave para la posición más anhelada y retadora de una empresa: el CEO
Es importante dedicar tiempo a la reflexión, asegurar fidelidad a su misión y crear valor para las siguientes generaciones.
Para muchos empresarios, llegar a ser CEO es el objetivo más deseado. Pero el puesto de director ejecutivo (CEO) es uno de los más desafiantes y exigentes en cualquier negocio. Por lo mismo, en McKinsey & Company encontramos cinco dilemas clave que queremos abordar.
Es importante dedicar tiempo a la reflexión, asegurar fidelidad a su misión y crear valor para las siguientes generaciones.
1. Balance entre el negocio y la innovación: Preservar el núcleo del negocio es primordial debido a la regla de respetar la historia y el valor comercial de las marcas establecidas. No obstante, es posible impulsar innovaciones para hacer crecer la empresa sin correr riesgos excesivos, al tiempo que honra su historia y preserva los activos, el valor y un legado de éxito; esto es particularmente difícil para directores de empresas familiares, que buscan preservar el legado familiar e innovar.
2. Resultados a corto plazo, ¿pensando a largo plazo? Los líderes quieren asegurarse de que “hacen lo correcto para la empresa” en el largo plazo mientras toman decisiones difíciles para crear valor sostenible. Centrarse en el éxito a corto plazo puede ser atractivo en tiempos difíciles. Los CEO pueden evitar prometer demasiado, cumplir poco y ser sinceros si un proyecto tomará más tiempo del esperado —o necesita más inversión. También, es fundamental tener una estrategia clara, un portafolio concreto en las apuestas e inversiones, y lo que éstas pueden significar para el futuro.
3. Gestionar un “Dream Team”: o equipo de estrellas individuales… o maximizar el rendimiento colectivo: Puede ser difícil gestionar a destacados empleados individualistas que obtienen resultados óptimos pero que no hacen equipo. Es necesario corregir esto, ya que la fricción puede conllevar la pérdida de valiosos miembros de la empresa. Pero tal vez lo más importante, es tener un método para evaluar el nivel de talento de manera periódica y constante, solo así podrá el CEO entender si su equipo está recibiendo los insumos para seguir destacándose a nivel individual y grupal.
4. Empoderar a otros, pero con el control de resultados: Delegar es vital para los CEO y se dice que es la habilidad de oro. Empoderar a los demás es importante para el desempeño de la empresa y para formar y desarrollar líderes. ¿Qué pueden hacer? Primero, reunir un grupo de ejecutivos de confianza y asignarles responsabilidades y decisiones cotidianas; esto permitirá concentrarse en el panorama general. Luego, “mirarse al espejo”, ser sinceros y decidir dónde conservar el control y dónde delegar. Como tarea final, crear una estructura que permita a sus equipos fracasar y aprender en un entorno de riesgo bajo. Además de estas tareas, será muy útil monitorear los KPI y el funcionamiento de la compañía.
5. Ser CEO todo el tiempo, pero con identidad y propósito: La mayoría de los líderes quieren desempeñarse al más alto nivel posible, lo que requiere concentración, compromiso y resiliencia. Son muchos los directores ejecutivos experimentados que afirman darse cuenta de que necesitaban encontrar un equilibrio sostenible entre vida profesional y personal para sobresalir en su función.
El viaje, no el destino: Muchos líderes recordarán su etapa como CEO como uno el pináculo de su carrera. Pocas posiciones ofrecen oportunidades equivalentes para dirigir la creación de empresas, el desarrollo de talentos y los objetivos sociales más amplios. Por lo mismo, es importante dedicar tiempo a la reflexión, asegurar fidelidad a su misión y crear valor para las siguientes generaciones. Como afirma Fabrice Desmarescaux, líder de Aberkyn Asia en Singapur: “Los CEO que han encontrado un mayor equilibrio son aquellos que valoran más el viaje que el destino”.