RINCÓN DE PETUL

Carta del pasado, presagio vigente

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Segunda parte de una carta que escribí en Delaware, en 2009. La primera parte fue publicada en Prensa Libre titulada: “Una carta del Pasado”.

' El contraste sincretizado de los paisanos frente a lo “americano” no dejó de sorprenderme.

Pedro Pablo Solares

“Creo que a ‘Don Juan’ hasta su esposa le ha de llamar así. Pausado, tras detallado examen, su desconfianza cedió. Me habló sobre cómo la ciudad pervierte la mente y sobre cómo en los pueblos todavía el honor y la integridad son más que un papel (título) de abogado. El viejo chalchiteco se había quitado la máscara seria y enojada, convirtiéndose en un gran anfitrión. Firmó en total confianza. Poco le interesó mi respuesta técnica a su pregunta, que más bien era retórica, sobre porqué la compraventa no venía en el mismo papel (de protocolo) que usan los abogados en Guatemala.

Una vez todo firmado, el cuñado, Jorge, que había sido un mero observador, sacó sus documentos para hacer otra transacción, que nadie antes me había mencionado. Así, nueva escritura en bolsa, estaba listo para zarpar. Salir a esa hora suponía llegar a las 2.30 a.m., cosa que parecía preocuparle a todos, menos a mí. Comida, chocolate caliente y pan dulce, todos traídos desde Guatemala, me fueron ofrecidos antes de salir. En mi prisa, sólo acepté agua y una caja de los chicles que almacenaban por paquetes, y que todos (desde abuelos hasta nietos) masticaban con particular afán.

Con seguridad, si hubiera pedido posada, me la hubieran brindado. Los migrantes acostumbran abrir casa para que los paisanos pernocten. ‘Aunque sea en la sala’ es lo que he oído recurrentemente. Pero eso no hubiera sido necesario con este que vino de Huehuetenango hace 7 años y a quien su trabajo de ‘constructor’ le ha pagado bien, al punto de permitirle comprar su morada. ¡5 habitaciones! Exclamé, cuando me dijo el tamaño que tenía. ‘Sí’ respondió con serenidad. ‘Quizá no se nota el tamaño de la casa porque el terreno tiene media manzana’.

Agua en mano y chicle en boca, me puse de pie. Jorge, el cuñado, grandote, bigotudo, era bonachón, de los que se entrega de primera. Fue a quien se le ocurrió lo de los chicles, que insistió, sirven para mantenerse despierto. Al regresar del cuarto, además, me traía un CD de una banda evangélica de migrantes. Sonriendo, me dijo ‘para que no se duerma en el camino’. Di gracias mientras vi las fotos de la portada. De no ser porque había una iglesia de fondo, hubiera pensado que contenía baladas de amor, duranguenses, chicanas o Tex-Mex (ahora, en este mundo, me han explicado sus diferencias). El contraste sincretizado de los trajes vaqueros y los 5 paisanos con la teja ‘shingle’ de la iglesia, no deja de sorprenderme. ¿Qué hacen hasta aquí, en el corazón de EE. UU.?

De pronto, noté suspenso; no dejaban de observarme. Esperaban mi reacción a la foto del CD. Caí en cuenta de que había algo más. … ‘¿Son ustedes?’ dije sorprendido, al finalmente notarlo. ‘Pos claroo’, respondió alguien, con acento emigrado-mexicano-huehueteco, mientras todos se rieron. ‘Yo soy el que canta’ dijo Juan; mientras Jorge, orgulloso, contó que él ‘hacía la batería’. La cara de Don Jorge lo decía todo. Irradiaba orgullosa aprobación. ‘Los grabamos aquí en la casa’ dijo Jorge. ‘Compramos el equipo hace 4 años. Luego llevamos las pistas a Washington, al estudio que nos produce. Queda invitado al culto este domingo, para que nos escuche en vivo’.

Manejando de regreso a Washington a la una de la mañana, la cabeza me da vueltas. Y, aunque después de escuchar 3 canciones, no quedé tan convidado a escuchar la actuación en vivo, me llena de felicidad haber recibido mi primer abrazo de cumpleaños, al filo de la media noche, de estos nuevos amigos. De los emprendedores. De estos místicos sabios. De los músicos. De estos paisanos que me brindaron su amistad y que abren una nueva puerta a un mundo que no parece dejarme de jalar”.

ESCRITO POR:

Pedro Pablo Solares

Especialista en migración de guatemaltecos en Estados Unidos. Creador de redes de contacto con comunidades migrantes, asesor para proyectos de aplicación pública y privada. Abogado de formación.