HAGAMOS LA DIFERENCIA

Caótico tránsito capitalino

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El tránsito en la ciudad de Guatemala es caótico, y se complica con cada nuevo día que pasa. La cantidad de vehículos que transitan sobrepasa la capacidad de las calles, aunado a varios aspectos como la mala educación vial, la poca capacidad de nuestra policía y la falta de tecnología para ordenar el movimiento de los vehículos. Pero quizá la verdadera causa de todo esto es la falta de transporte colectivo eficiente, lo que se agravó durante la pandemia, pues los escasos buses que circulaban dejaron de hacerlo y se permitió el aparecimiento de taxis piratas por doquier, los que además de cobrar precios excesivos tienen una limitada capacidad de transporte y proliferaron en la urbe capitalina, y vinieron para quedarse. Pero es inaudito que una ciudad como la nuestra carezca de un sistema moderno de transporte, ya que es una metrópoli con varios años de existencia, y que en su momento, 1882, tuvo un tranvía jalado por mulas y luego un sistema con varios vagones jalados por una locomotora, el Decauville, en honor a sus constructores Louis y Paul Decauville, que operaba desde el Calvario hasta la Villa de Guadalupe. Luego principió el sistema de buses cuyos propietarios sacaron el mayor provecho posible sin preocuparse por la modernización de los mismos, hasta el aparecimiento del Transmetro, que es quizá el esfuerzo más notable por mejorar, pero insuficiente para las necesidades de la ciudad. Cuando vemos los sistemas de transporte en otros países: trenes, tranvías eléctricos, metros subterráneos, ciclovías, buses eficientes, nos preguntamos ¿por qué en Guatemala no hemos desarrollado este tipo de transporte? La realidad es que ha existido una deficiente planificación, más la combinación de intereses particulares, en especial de transportistas acomodados, que no lo ha permitido. Medios de transporte de este tipo necesitan una planificación a largo plazo bien estructurada, con objetivos bien definidos. La cantidad de subsidios que se ha otorgado al transporte urbano, pudieron servir para sentar las bases de un buen sistema colectivo eficiente. Sin embargo, se entregaron sin recibir nada a cambio.

' Se prevé un aumento de la circulación vehicular en los próximos días con el ingreso a clases en escuelas públicas y universidades.

Samuel Reyes Gómez

Se prevé un aumento de circulación de vehículos en los próximos días, con el ingreso a clases por parte de estudiantes del sector público y universidades que aún no han iniciado clases. Los capitalinos y habitantes de ciudades dormitorio están perdiendo su calidad de vida al tener que madrugar en exceso. Muchos que tienen automóvil optan por trasladarse a su trabajo en horas de la madrugada en las que el tránsito es más fluido y llegan a dormir a su carro entre una o dos horas para poder integrarse luego a su trabajo. Algunos van a gimnasios cerca de su trabajo o desayunan al buscar un lugar próximo, mientras que quienes van en autobuses, hacinados, viajan con una serie de incomodidades y a merced de la delincuencia, escuchando música estruendosa. Asediados por inseguridad sin límite. El horario para levantarse en muchos de los casos es a las 3 o 4 de la mañana, y se llega de regreso a altas horas de la noche, lo que interrumpe el ciclo de sueño y provoca un desorden en las personas.

La cantidad de opiniones que se escriben sobre esta problemática es escandalosa, por lo que debe ser un punto de atención para los candidatos en la próxima contienda electoral, especialmente los que aspiran a ocupar el mando del palacio de la loba. Es preciso preparar un plan con buenos proyectos para solucionar de una vez por todas la situación del tránsito en la ciudad de Guatemala, que implica buenos sistemas de transporte, adecuar la infraestructura vial, trabajar sistemas inteligentes en la semaforización, equipamiento de los policías con la última tecnología para guiar adecuadamente los vehículos, educar a los pilotos y combatir sin piedad la delincuencia en las calles, incentivar el uso de bicicletas. De lo contrario nos espera una paralización de la metrópoli que precisará cambios radicales que podrían ser contraproducentes para todos.

ESCRITO POR:

Samuel Reyes Gómez

Doctor en Ciencias de la Investigación. Ingeniero agrónomo. Perito agrónomo. Docente universitario. Especialista en análisis de datos, proyectos, educación digital. Cristiano evangélico.