Si me permite

Cada acción nuestra será parte de la historia

Se prueba nuestra responsabilidad cuando cuidamos bien los detalles de nuestra vida.           

“Lo que hacemos ahora resuena en la eternidad”. Marco Aurelio


La vida que cada uno de nosotros vivió en ningún momento podemos pensar que es muy personal y privada, porque siendo parte de una sociedad y perteneciendo a ella, todo lo que decimos o hacemos de alguna manera afecta a los que están en nuestro entorno, y por ello debemos tener el mayor cuidado.


Seguramente, en algún momento, dijimos o hicimos algo que no era lo más correcto y, tan pronto nos percatamos, tuvimos la suficiente valentía de disculparnos y reconocer nuestro error; y la gente, siendo amable y comprensible, nos disculpó y nos expresó la idea de que no nos preocupáramos, porque cosas como esas a cualquiera le pueden pasar.


Seguramente nosotros agradecimos el gesto bondadoso de ellos. Pero cuidado, el hecho de que fuera disculpado no implica que es algo que queda en el olvido.


Cada uno de nosotros podemos recordar algún incidente en el cual alguien, cuando quiso ilustrar algo en particular, se tomó la molestia de narrar un incidente en el cual se describe a alguien que por una situación dada dijo o hizo algo que no era lo más correcto o adecuado, y aunque luego se disculpó, siempre quedó en la mente de la gente. Por ello es mejor ser cuidadosos y evitar esos incidentes desagradables.


En realidad, debemos tener presente que somos mucho más recordados por las acciones o expresiones orales que tenemos en los momentos de aprietos o problemas, que aquellas cosas que hacemos o decimos en la calma y serenidad de nuestras relaciones interpersonales.

La prioridad no debería ser descuidada cuando pensamos lo que estamos haciendo en nuestra vida.


Es algo innegable que la vida está compuesta por una cadena de detalles minuciosos y, cuando por un abrupto, un eslabón de esos se desprende, toda la cadena queda afectada. Por esta razón es muy sabio pensar bien las cosas antes de actuar o hablar, porque cada uno de nosotros, siendo diferente, debemos recordar constantemente cuáles son nuestras debilidades en primera instancia y también tener presentes nuestras fortalezas.


Podemos afirmar con certeza que en algún momento seguramente nos habremos de integrar a grupos afines, y esto será fundamentalmente por el modo que nos expresamos o actuamos en cada caso que el diario vivir nos presenta. Más de una vez hemos oído o posiblemente incluso nosotros hemos dicho: “Así soy yo”.


Eso seguramente es algo que no se puede negar, pero el fondo del asunto sería si es correcto mi modo de ser y, si no lo es, el cambio es lo más prudente y lo que se debe hacer.


Cada círculo social tiene sus reglas básicas, y cuando son aceptadas y son respetadas, fácilmente uno llega a integrarse en el grupo y con facilidad será bienvenido y encontrará un lugar que le permitirá estar a gusto.


La vida que vivimos es como el cuadro que un artista destacado está pintando. Cuando él ha logrado trabajar la base de su pintura, cada detalle que agrega a esa pintura tiene sentido y tiene razón de ser. Para los que estamos contemplando el trabajo no siempre hay una explicación de lo que se está haciendo, pero en la medida que avanza, va tomando un sentido y completa la idea que el artista tiene en mente.


Nuestro actuar es del mismo modo como un cuadro que se está pintando y por ello cada cosa que decimos o hacemos debe compaginar con lo que somos y lo que pretendemos dejar en esta vida.

ESCRITO POR:
Samuel Berberián
Doctor en Religiones de la Newport University, California. Fundador del Instituto Federico Crowe. Presidente de Fundación Doulos. Fue decano de la Facultad de Teología de las universidades Mariano Gálvez y Panamericana.