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Arte de monasterios femeninos en la Antigua
El papel de la Iglesia y de otros actores sociales en el proceso independentista se encuentra en el libro de Ana María Urruela de Quezada, editora y coautora, “Memoria y Compromiso: La Iglesia y el Bicentenario de la Independencia, 1821-2021”. Tomo I: Tiempos de Cambio, 1767-1811. Guatemala, Mayaprin 2019. 395 pp.
El artículo de Marco Antonio To Quiñónez se titula “Forma y Expresión Estética de los Monasterios Femeninos de Santiago de Guatemala: una contribución a la valorización de la arquitectura y el arte guatemalteco del período colonial”. Sigue resumen elaborado por el Arquitecto To. Entre paréntesis, el número de página.
El período colonial comprendido entre 1524 y 1582, vino a modificar la estructura social, la cultura, y prácticamente, a plantear un modelo diferente de sociedad. (284) Surgieron en la Capitanía General de Guatemala, las Ordenes religiosas femeninas, cuyos monasterios debían cumplir con los requerimientos espaciales establecidos en las reglas, y en los cuales los arquitectos tuvieron que atender no solamente los programas espaciales, sino también adecuar los edificios a las condiciones técnico-constructivas y a las del entorno natural propio del valle de Panchoy. (284)
' Los monasterios femeninos ocuparon aproximadamente el dos por ciento del área urbana total de Santiago.
José Molina Calderón
El trazo de la Ciudad de La Antigua Guatemala se realizó en forma de cuadrícula… Las tres Órdenes regulares como franciscanos, dominicos y mercedarios, jugaron un papel importante en la fundación de casi todos los barrios de la periferia de la Ciudad, ya que con el propósito de lograr la conversión de los indígenas, estos instauraron sus comunidades en las cercanías de los monasterios. (290-291)
El primer monasterio femenino que se asienta en Santiago, a finales del siglo XVI, fue el de La Purísima Concepción de María, con monjas concepcionistas, y, durante el siglo XVII se instalaron otros monasterios como el de Santa Catalina Mártir y los de Santa Teresa y de Santa Clara, los conventos de La Compañía de Jesús y de San Agustín. Al mismo tiempo se desarrollan otras Órdenes religiosas asociadas al proceso de atención a los enfermos, como las Betlemitas y los beaterios de Santa Rosa, las Beatas de Indias y las Beatas de Belén. Durante la tercera década del siglo XVIII se construyó el Monasterio de las Capuchinas, que es el último de las Órdenes religiosas ubicadas en la Ciudad. (291)
Los monasterios femeninos ocuparon aproximadamente el dos por ciento del área urbana total de la Ciudad. El de mayor superficie fue el de La Concepción. (292)
El monasterio que mayor cantidad de metros cuadrados de construcción presentó, fue el de Capuchinas, edificio que fue realizado en dos plantas, igual que el de Santa Teresa y el de Santa Clara. (293) Se hace una descripción detallada de los monasterios Concepción de María, Santa Teresa, Catalina (conocido por el Arco de Santa Catalina que cruza la calle), Santa Clara y Capuchinas. (294-306)
El de Capuchinas es una ampliación del edificio principal del propio monasterio, de forma singular y sin referentes en la arquitectura latinoamericana. Explicar cuál fue el propósito principal de la construcción del edificio cilíndrico, cuáles las funciones que cubriría, ya que no existe documentación para comprender la causa o razón de esta construcción y su fábrica, y, finalmente, quién fue el arquitecto o diseñador de dicho complejo es una de las preguntas que hasta la fecha no han tenido respuesta alguna. (304) Se concluye que los monasterios femeninos de Santiago de Guatemala dieron como resultado una arquitectura y un estilo artístico propio (Arquitectura y Arte Colonial Guatemalteco), cuyo valor ha sido reconocido universalmente por su alta calidad, singularidad y perfección. (306).