PLUMA INVITADA
Antonio Larrazábal hubiese sido ejemplar presidente
Mientras el país continúa sufriendo corrupción, violencia, crímenes contra niños y mujeres, robo de millones de dinero, controversiales decisiones en Corte de Constitucionalidad, Corte Suprema de Justicia, Congreso de la República, fatales accidentes de tránsito, ausencia de estricta sanción generalizada de autoridades contra irresponsables y demás tragedias, es importante recordar con respeto al guatemalteco ejemplar, capaz, brillante, honesto y sobresaliente don Antonio Larrazábal, cuyo nombre completo fue Antonio Justo José de las Mercedes Larrazábal, quien siendo diputado fue electo por el Cabildo de Guatemala para integrar las famosas Cortes de Cádiz en España, a donde viajó durante casi un año en tiempos por demás difíciles en barcos viejos con remos, sin motor, librando ataques de piratas asaltantes asesinos y tormentas apocalípticas, al no existir vías aéreas o terrestres. Pronto fue electo presidente de tan alto tribunal por los representantes de varios países convocados, ante la invasión de Napoleón Bonaparte.
' Guatemaltecos esperan ansiosos aparición de un gobernante como Antonio Larrazábal, para corregir corrupción y demás males que dañan a nuestro país.
Jaime Córdova Palacios
Impulsó de inmediato importantes proyectos como la libertad de imprenta, lucha independentista de los pueblos americanos, educación pública, libertad, oposición a la tortura y horca de indígenas y demás importantes temas. Este organismo internacional años después fue disuelto en 1814, al entrar a España el rey Fernando VII, siendo sus integrantes encarcelados unos y asesinados otros.
Larrazábal fue condenado a seis años de prisión, cuya pena concluyó en Guatemala, enfermo física y moralmente. Aquí, en su época de antaño, además de parlamentario fue rector de la Universidad de San Carlos de Borromeo, bachiller en Artes y Filosofía, sacerdote, licenciado en Teología, Cánones y Leyes, rector del Sagrario de la Catedral, doctor en Tecnología y Desarrollo Pontificio, Canónigo del Cabildo Eclesiástico, secretario de Cámara del Arzobispado, defensor de los pueblos oprimidos, prócer de la Independencia e impulsador de programas sociales.
Este organismo internacional fue disuelto en 1814, al entrar a España el Rey Fernando VII, siendo sus integrantes encarcelados unos y asesinados otros. Larrazábal fue condenado a seis años de prisión, cuya pena concluyó en Guatemala, enfermo física y moralmente. Recuperado fue nombrado nuevamente rector de la Universidad de San Carlos. En homenaje a su histórica trayectoria en España, una calle principal de su capital Madrid fue bautizada con su nombre y aquí en la capital de igual manera el anexo del Congreso de la República, donde vivió algunos años y en la Antigua Guatemala, donde nació y es recordado como héroe a nivel nacional e internacional, resalta el histórico Instituto Normal para Varones Antonio Larrazábal (Inval), con proyección y prestigio internacional. Este año la Coordinadora de Exalumnos Invalistas espera festejar su 144 aniversario de fundación, suspendido el año pasado por la pandemia que continúa impactando mortalmente a los habitantes del mundo.
Tan sobresaliente personaje es un tanto desconocido por nuestra juventud estudiosa y buena mayoría de compatriotas por culpa de autoridades educativas. Su demostrado ejemplo y anhelo por crear una nación digna, fue marginado por mafiosos oportunistas que han dado rienda suelta a repudiable corrupción, inseguridad, robo de millonarias cantidades de dinero desde hace años en perjuicio del pueblo, especialmente de gente pobre que necesita oportunidades para salir de su embrollo social, peligro y hasta su muerte. No es tarde para que surja un valiente gobierno que luche por aplicar el ejemplo de Larrazábal, transformando a Guatemala es nación digna y admirada por propios y extraños.