Imagen es percepción
A Guatemala le está lloviendo sobre mojado
Hoy más nunca queda revelada la necesidad de construir más carreteras, crear vías alternas y dar un buen mantenimiento a las carreteras del país.
Inició la temporada de lluvias, que han impactado tremendamente al país, causando un gran caos vial, que afecta profundamente en la economía nacional y la seguridad de millones de personas. Esta devastación en la infraestructura se debe, en parte, a la falta de mantenimiento de las carreteras y puentes, que al menos durante 30 años no han sido atendidas y han estado en completo abandono.
Era predecible que la infraestructura quedara en ruinas, pues lleva años sin mantenimiento.
Sumado a esto, los escasos proyectos que se han realizado durante las últimas dos décadas han sido mal ejecutados por personas sin ética, construidos con los peores materiales, y contratistas que claramente hicieron corrupción, en contubernio con los presidentes de turno. Por lo que era predecible que la infraestructura quedara en ruinas. Vías de acceso que no solo están mal construidas, sino que no soportan más los embates climáticos.
El estado en que se encuentra la red vial es desastroso. Se estima que habrá pérdidas millonarias para la economía del país, también un fuerte impacto en el abastecimiento y en las exportaciones. Además, afecta el turismo interno, que ya está completamente paralizado. Evidentemente las carreteras no han sido nunca la prioridad de ningún gobierno, y mucho menos de esta administración, que tan solo lleva cinco meses en el poder y aún no ha sido capaz ni de bachear algún agujero por allí, lo cual se refleja en una baja ejecución presupuestaria, que ha permitido un mayor deterioro en las carreteras.
Los suelos se han saturado en los últimos días y han puesto en riesgo la vida de muchos guatemaltecos, que son vulnerables ante esta emergencia debido a los deslizamientos de tierra e inundaciones. Hasta el momento se han reportado por Conred deslaves y hundimientos en varias carreteras, inundaciones en comunidades, daños en viviendas y escuelas, crecidas de ríos y caída de árboles. Aunque todo el país está siendo afectado, las áreas de mayor conflicto son Escuintla, Petén, Guatemala, Alta Verapaz y Suchitepéquez.
Se ha informado al menos sobre 300 incidentes a causa de la lluvia, siendo las rutas más afectadas las carreteras al Atlántico, Pacífico e Interamericana (vitales para la economía). Pero lo más impactante en este caos fue el cierre total de la autopista Palín-Escuintla por un socavón, lo que implica un serio retroceso, pues fue la única carretera decente que tuvimos funcionando bien por 27 años. Aunque el presidente ha prometido que estará habilitada en cuatro semanas, es un ofrecimiento muy difícil de cumplir si no trabajan las 24 horas del día. Esta ruta es la más importante para la economía del país, y debe ponerse a funcionar a la brevedad.
No hay que olvidar que la oferta de carreteras, puentes y caminos construidos con calidad promueve la integración de los mercados, reduce los costos de transporte y los tiempos de viaje que, a su vez, estimulan el comercio en el área de influencia. La red de carreteras permite satisfacer las necesidades básicas de educación, trabajo, nutrición y salud. Estas son las principales actividades de un país; por lo tanto, debemos empezar a exigir al gobierno de turno inversión de calidad en infraestructura.
Hoy más que nunca queda revelada la necesidad de construir más carreteras, crear vías alternas, dar un buen mantenimiento a lo poco que ha quedado en pie, restaurar adecuadamente las rutas existentes, pero con eficacia y calidad, no hacer simples chapuces que no aguanten ni 15 días. Aquí ya no cabe más negligencia y corrupción. De no hacer un cambio de 180 grados en la dinámica, seremos testigos de una catástrofe provocada no solo por las intensas lluvias y socavamientos, sino por la indiferencia de este presidente y sus antecesores.