“Es que me he dado cuenta de que hay una madre tierna y buena que se llama Patria, de cuyo seno nacimos, que creó con sus tibios suspiros los primeros alientos nuestros, que acarició nuestras frentes con el beso de sus auras, que nos tenía preparada ya la lengua en que debíamos pronunciar esas grandes ideas y nobles sentimientos: Dios, amor y libertad”, Tiempo viejo, Ramón Salazar, capítulo XXIV, página 153, Tipografía Nacional, 1914.

2023 es cerrar inmediatamente la puerta al pasado sin perder de vista los principios expresados por el doctor Salazar en su obra Tiempo viejo que, con la fuerza de una nueva fe en el campo de la cultura y la política, como fue la Guatemala de 1890, como lo podemos deducir de la prensa de aquel entonces.

Prensa Libre es un medio de comunicación que, trascendiendo el tiempo, siempre tendrá una reacción a lo que nos sucede como guatemaltecos: decir todo lo bueno y no ocultar lo malo de nuestra patria como “periodismo independiente, honrado y digno”, como inspira lo dicho por Ramón Salazar, graduado de la Universidad de San Carlos de Guatemala, que además de la borla de Filosofía ostenta la de Medicina, y reunido en el seno de su hogar con sus hijas Cristina, Herminia, Lucila, Olivia y Esperanza hacían de la comunicación “un dulce gorjeo de una bandada de ruiseñores”.

Recordación florida, de Francisco Fuentes y Guzmán, dice de la fundación de nuestra noble patria el 25 de julio de 1524 “se armaron todos y se pusieron en forma de ejército que marcha a pelear con sus enemigos a son de tambores pífanos y chirimías, y al ruido de arcabuces y mosquetes. Resplandecían los ameses, tremolaban las plumas en el aire de la mañana, lozaneábanse los caballos enjaezados y encubiertos en oro y seda. Parecían bien las joyas y planchas de oro que sacaban los soldados que iban alegres y contentos de este modo a oír misa oficiada por ellos mismos y celebrada por el padre Juan Godínez”.

Desde su fundación, Guatemala siempre fue superior a Buenos Aires, Lima, Santiago de Chile y Nueva York. Don Antonio de Remesal guarda para nosotros aquellas palabras que inspiran al doctor Carlos Martínez Durán: “El señor Marroquín fue el primero que se dedicó de tan ímproba tarea; y era un gusto ver maestro de declinaciones y conjugaciones y principios de gramática de los naturales al nuevo obispo de Guatemala”.

2023 abre una Guatemala de esperanza, siempre grandes ideas y nobles sentimientos: Dios, amor y libertad. Haremos frente en este proceso, donde nuestras juventudes entienden que la telemática, las redes sociales son instrumentales. Que es ese espíritu indomable de hacer patria libre la que coloca a Guatemala en el primer lugar de Iberoamérica en ese coraje de existir y domar el ímpetu de los problemas cotidianos.

Al recordar la cultura guatemalteca, muy bien expresada en la obra de don Francisco Antonio de Fuentes y Guzmán, regidor y cronista, y su nieto Rodrigo de Fuentes y Guzmán, alcalde de esta ciudad desde 1592, marca perfectamente ese norte político que, como lo dice su obra, es una demostración natural, material, militar y política de lo que ha sido Guatemala. A diferencia de otras metrópolis de antes y después, Guatemala es siempre conservadora en lo esencial y dispuesta al cambio en lo no esencial. Esa fortaleza nos dará cobijo en el nuevo año. Bienvenido 2023.