HAGAMOS LA DIFERENCIA

Chequén: manjar chapín

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Con las primeras lluvias aparecen los zompopos de mayo. Este año aparecieron en mayo y hacen honor a su nombre. Estos insectos son parte de la gastronomía guatemalteca, y aunque no a todos les apetece, son de un sabor extraordinario. Es considerado el “caviar guatemalteco”, ya que la parte que se consume es el abdomen, que usualmente está lleno de huevecillos. En el campo son asados en los comales que se utilizan para cocinar las tortillas, y son consumidos con limón y sal, o bien con mantequilla y sal. Es un alimento que ayudó a paliar la escasez en las culturas de Mesoamérica. Cuando aparecen, los niños disfrutan corriendo para atraparlos y se acostumbraba en las escuelas ponerlos a pelear entre sí, para un salvaje entretenimiento. En varias regiones del país se conocen como chequenes. En algunos poblados como San Juan y San Pedro Sacatepéquez, los comercializan en los mercados comunales; en la capital, en el mercado de El Guarda. Su aparecimiento se debe a que realizan un vuelo nupcial, en donde después del cortejo se da el apareamiento, generalmente después de fuertes aguaceros. La reina abre un agujero en el suelo húmedo y suave, y coloca allí sus huevecillos para que la especie se perpetúe.

Estos insectos están clasificados en el orden Hymenoptera, a donde pertenecen las abejas, las avispas, las hormigas y los abejorros, que se caracterizan por tener alas en forma de hymen, o vestigios de estas alas. Los zompopos son hormigas de tamaño grande, pertenecen a la familia Formicidae y la especie es Atta cephalotes.

Son considerados una plaga desde la parte sur de Estados Unidos hasta el norte de Perú, pues cortan las hojas de varias especies de plantas para llevarlas a las cuevas que excavan debajo de la superficie del suelo, en donde forman cavernas de varios metros cuadrados que, si sucede en lugares construidos, socaban los cimientos de las edificaciones.

Sin embargo, son insectos con una organización impresionante. Sus colonias están compuestas por la reina, que es la reproductora; los zánganos, cuyo único papel es la copulación con las reinas, y las obreras, que hay de varios tipos: limpiadoras, guardianas y las que recolectan hojas para llevarlas a sus túneles, en donde las pudren para cultivar en los techos un hongo llamado Rozites gongylophora, que es el que les sirve de alimento. Las reinas llevan una cantidad de este hongo en su garganta para asegurar su existencia, lo cultivan en el techo para que el agua que penetre a sus túneles no lo destruya. Su organización ha llamado la atención y en la Biblia es un ejemplo, en Proverbios 6:6-8, como una amonestación contra la pereza y la falsedad, donde dice: “Ve a la hormiga, oh perezoso, mira sus caminos, y sé sabio, la cual no teniendo capitán, ni gobernador, ni señor, prepara en el verano su comida y recoge en el tiempo de la siega su mantenimiento”.

Cuando estudié la carrera de Perito Agrónomo, en la Enca, recibí el curso de Entomología, que me fascinaba. En una de las clases recuerdo cuando el profesor decía muy firmemente, después de explicar sobre los zompopos: “Jóvenes, estoy seguro de algo: el zompopo piensa”, y al irrumpir en carcajadas más de alguno de nosotros, pensó “Puede que tenga razón”. Si tan solo la sociedad guatemalteca aprendiera a vivir como los zompopos, cuidando celosamente su sociedad y trabajando arduamente para su sostenimiento, guardando para épocas de escasez, otro gallo nos cantara

samreygo@yahoo.com

ESCRITO POR:

Samuel Reyes Gómez

Doctor en Ciencias de la Investigación. Ingeniero agrónomo. Perito agrónomo. Docente universitario. Especialista en análisis de datos, proyectos, educación digital. Cristiano evangélico.

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