ESCENARIO DE VIDA
Caravanas hacia Estados Unidos
Muchas teorías circulan sobre la procedencia del financiamiento de las caravanas de personas que desean ingresar a territorio estadounidense en forma de asilo y sin los papeles de rigor. Una de las especulaciones es que el dinero viene de algún prominente personaje en el exterior. ¿Una agenda escondida?
Es obvio que quienes financian estas caravanas saben que a estas personas las detendrán en la frontera y que sus posibilidades de entrar son casi nulas. Por ende, tendrán que regresar. ¿Regresar a dónde? Lo temible del asunto es que personas inocentes estén siendo manipuladas, incitándolas a realizar esta gran odisea en masa, prometiéndoles el sueño americano sin que puedan jamás cruzar la frontera. ¿Para qué fin? ¿Podría el plan ser que a su paso de regreso por Guatemala se les empadrone para votar en nuestras próximas elecciones?
Lo que es un hecho es que quienes sufrirán por estas caravanas son los centroamericanos que ya viven en Estados Unidos. De ahora en adelante se esperan medidas más fuertes de cero-tolerancia, tanto para detener a los nuevos inmigrantes como a cualquier centroamericano que ya se haya radicado en Estados Unidos.
Si en todo caso las caravanas lograran cruzar la frontera, ¿qué les espera? Un gran sufrimiento al no poder trabajar legalmente y que se les pague un salario de hambre. Muchos inmigrantes irregulares cuentan que son humillados y tratados casi como animales. En algunos Estados no pueden ingresar a sus hijos a la escuela y tampoco pueden solicitar ayuda médica cuando lo necesitan. Más que nunca serán perseguidos si se les identifica como centroamericanos.
Este hecho viene a saturar e impactar todos los sistemas de migración y hará que las medidas se hagan más radicales y fuertes. Para quienes han hecho trámites para lograr su residencia o ciudadanía por la vía legal, serán también afectados, pues se les alargará el tiempo de sus solicitudes, y quizás ni lo logren. Estos hechos podrían impulsar al gobierno estadounidense a construir un muro más largo, grande y fuerte en el menor tiempo posible.
Tristemente, en las noticias internacionales se percibe la imagen de Guatemala como un país poco colaborador con Estados Unidos al no detener las caravanas. Sin embargo, estamos atados de manos para poder actuar como el gobierno estadounidense quisiera. ¿Por qué? Porque hemos firmado en el 2006 el Acuerdo de Control Fronterizo Centroamérica-4, que dicta una libre movilidad entre las naciones centroamericanas de El Salvador, Guatemala, Honduras y Nicaragua. Dicho tratado establece la libre circulación a través de las fronteras entre los cuatro estados signatarios de sus ciudadanos, sin restricciones ni controles. En otras palabras, no podemos detener las caravanas.
No obstante, el presidente estadounidense ha manifestado que, por no detenerlas, Estados Unidos podría retirar miles de millones de dólares de ayuda, no solo a Guatemala, sino al resto de Centroamérica.
El tema migratorio es en verdad delicado, y cuando las personas se aventuran a cruzar el desierto por conseguir una mejor vida, muchas veces se encuentran con la muerte y la separación de sus familias. Pero si los gobernantes, políticos, empresarios y líderes se esmeraran por cambiar la situación de la gente más pobre, quizás podríamos dejar atrás la triste realidad de una inmigración peligrosa e irregular. La necesidad económica o la violencia les hace intentar cruzar la frontera hacia Estados Unidos, sin realmente querer quedarse. La patria les llama y, por lo tanto, debemos devolverles la confianza, con una economía que les beneficie para que no tengan que jamás emigrar.
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