De Capitanía General a aldea

JM MAGAÑA JUÁREZ

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Al ordenarse el traslado, la ciudad quedó desamparada y las autoridades llevaron consigo títulos y escudo. Es por eso que la Municipalidad lo sigue usando, pues no corresponde más a la ‘abandonada’, que de inmediato fue llamada la Antigua Guatemala y pasó a ser villa. En época republicana adquirió la calidad de Ciudad con autoridades propias, y a partir de la Revolución de 1944, con gobierno municipal autónomo.

Las crisis por las que atraviesa la histórica ciudad y su entorno son muchas y variadas. Van desde una Gobernación Departamental que no gobierna, un Consejo de Protección que no protege, hasta una Municipalidad que no administra ni gestiona su territorio. La semana pasada, siete agrupaciones empresariales de comercio y turismo invitaron a los vecinos a unirse a una campaña de limpieza que la comuna acogió, emitiendo un volante, convocando así: “…sea parte de esta fiesta cívica, limpiando y lavando el frente de su casa o negocio… el sábado 14 a partir de las 8:00 horas”.

Para sorpresa de todos, ese día la ciudad amaneció tomada por un batallón de trabajadores de la Municipalidad de Guatemala que llegó en dos autobuses articulados del TransMetro, acompañados por Bomberos Municipales, ambulancias, hidrolavadoras y otros vehículos de trabajo; supervisores, materiales y equipo, personal administrativo y de relaciones públicas impresionante, cual si se tratara de cubrir un desastre de dimensión nacional.

Contrario a las voces de agradecimiento y felicitación registrados en el video Un regalo para Antigua Guatemala: http://www.youtube.com/watch?v=QAX54qjlOe8&feature=youtu.be, otros vecinos han manifestado su sorpresa y desazón ante lo que califican como inadmisible intromisión e inoportuna campaña política por alcanzar la alcaldía de esta ciudad.

Tan inusual gesto de apoyo tiene al menos tres lecturas. La inmediata, tergiversación de la iniciativa de los empresarios locales de parte del aspirante a Intendente. Segunda, falta de criterio de la autoridad local, al permitir injerencia en su jurisdicción, y tercera, que la municipalidad capitalina se corrió un riesgo inútil al destinar fondos de su presupuesto en otro municipio.

Se habla de Estado Fallido cuando este pierde el control. Así, la alcaldía antigüeña, al ceder autoridad sobre su territorio, se colocó en esa posición.

Una manera de rescatar la gobernabilidad y garantizar una correcta administración y gestión del Municipio, así como la conservación de la Ciudad, es replantear su estado legal y administrativo, pues como está, su enunciado colapso será, en breve, una triste y vergonzosa realidad.

Sin embargo el asunto no es simple. Existen otros factores, como el hecho de su conurbación con la Región Metropolitana de la ciudad de Guatemala y la presión especulativa en el uso y valor del suelo que la asfixian, así como el interés que despierta en inversionistas, políticos y aprovechados de toda saya que querrían convertirla en un Parque Temático, como ya lo han intentado, y que vecinos organizados no permitieron.

¿Qué tal si la ciudad de Guatemala absorbiera a la Antigua Guatemala como una aldea modelo, regida por un intendente ad hoc que garantice su desarrollo y conservación y evite que pase a la Lista de Patrimonio Mundial en Peligro? Si a lo largo de la historia perdió su nombre, títulos y escudo, y ahora la dignidad, ¿Qué más da perder la Patria Potestad de la criatura, ahora conservada?

Semejante propuesta luce como una broma anticipada al próximo 28 de diciembre, Día de los Santos Inocentes.

Lamentablemente, los políticos y funcionarios a cargo del destino de la Histórica Ciudad la han llevado a este punto crítico y de no retorno. Entonces, o hacemos algo contundente o luego no nos lamentemos porque los de siempre sigan haciendo de las suyas.

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