EDITORIAL
Cambios de cara a compleja coyuntura
Un conocido refrán sentencia: “No hagas cosas buenas que parezcan malas”, y puede tener una justa aplicación en lo que constituyó el real inicio de las labores políticas en el Ejecutivo y en el Legislativo, al registrarse ayer algunos cambios, en el primer organismo, y en el otro caso, con el inicio de las discusiones de la polémica Ley Electoral y de Partidos Políticos.
El Ejecutivo, en un acto inusual, informó sobre la destitución de los ministros de Ambiente, de Desarrollo Social y de Economía, lo cual pudo haberse hecho a finales del año anterior, cuando es común que los ministros presenten sus cartas de renuncia, y no como ahora, que se les pidió de manera tardía, al inicio del año, algo que abre interrogantes sobre tales cambios.
La suspicacia se ratifica porque precisamente ayer un diputado de la Unidad Nacional de la Esperanza, Carlos Barreda, ponía en una de sus cuentas de Twitter: “Hoy inician los cambios en el Ejecutivo para cumplir las negociaciones de JD (elección en el Congreso), se negoció Mides, Economía y Ambiente”.
Efectivamente, ayer se produjo la destitución del ministro de Desarrollo Social, Ennio Horlando Galicia Muñoz, sin que se conocieran mayores detalles, aunque cabe recordar que esta cartera es una de las más apetecidas en época preelectoral, porque está diseñada para sembrar las más amplias áreas de proselitismo y es desde esta que se ha impulsado el clientelismo en los últimos gobiernos. Lo sustituye Alcides René Obregón Muñoz, quien era viceministro administrativo.
En cambio, la renuncia del ministro de Ambiente, Sydney Samuels, se supo desde antenoche, cuando este lo anunció, con él único dato de que lo hacía con la intención de evitarle problemas políticos al Gobierno, y seguramente se requerirán horas o días para comprender el verdadero sentido de sus palabras.
Asume el cargo una de las más polémicas figuras, el viceministro Alfonso Alonzo, quien cobró fama por su meteórica carrera y por ser uno de los negociadores con diversos sectores para el mandatario Jimmy Morales, quien quizá haya cometido el mayor error presidencial, porque el nuevo funcionario carece de preparación adecuada para liderar esa cartera, lo cual compromete el prestigio del Ejecutivo.
Esta etapa, cargada de escepticismo, y calificada por el Gobierno como un proceso de reingeniería, cierra con la sustitución del ministro de Economía, Víctor Asturias, y en su lugar asume Acisclo Valladares Urruela, uno de los prospectos políticos de los últimos gobiernos, cuya residencia fue allanada recientemente por el caso Construcción y Corrupción y ahora goza de inmunidad.
Por alguna razón, lo que iba a ocurrir había trascendido horas antes y solo con el tiempo se podrá esclarecer si estos cambios son producto de una reingeniería en el Ejecutivo o una movida política de cara al duro inicio de la segunda etapa del mandato marcado por la polémica y el descontento.
Ciertamente, la actual gestión inicia su último año efectivo y a partir de ahora todas las piezas deberán alinearse en el objetivo de superar las condiciones más adversas que ha tenido el Gobierno en las tres últimas décadas.