Cabildo abiertoCorrupción en la justicia

VÍCTOR FERRIGNO

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?La corrupción es uno de principales problemas que aquejan a la administración de justicia en Guatemala y, de acuerdo con las investigaciones realizadas por la Fundación Myrna Mack (FMM) a partir del estudio de casos judiciales concretos, es también un mecanismo central en el proceso de generación de impunidad y de las condiciones de fragilidad, deficiencia y atrofia que caracterizan al sistema judicial?.

Con esta apretada y certera síntesis inicia el estudio presentado esta semana por la FMM sobre ?El problema de la corrupción en el Sistema de Administración de Justicia?, un flagelo que debilita gravemente nuestro incipiente Estado de derecho, genera impunidad y propicia que los ciudadanos resuelvan sus controversias de manera violenta, por mano propia, al margen de la ley.

A continuación presento un resumen parcial del documento citado, convencido de la importancia que tiene la lucha ciudadana por perfeccionar la justicia, para que sea multicultural, pronta, cumplida y proba.

La corrupción es un flagelo social doblemente condenable en el ámbito judicial pues, como sentenciaba Platón, ?la peor forma de injusticia es la justicia simulada?.

Dividido en ocho secciones, el estudio se basa en encuestas y diagnósticos realizados por la Fundación u otras instituciones, en el análisis de la legislación nacional e internacional vigente, en la experiencia concreta sufrida en casos paradigmáticos como el seguido por el asesinato de Myrna Mack, y en las recomendaciones emanadas de los Acuerdos de Paz y la Comisión de Fortalecimiento de la Justicia.

En la introducción establece las características del fenómeno, cómo opera la corrupción en la Justicia, dimensiona sus consecuencias y establece cuál es la percepción ciudadana sobre este asunto.

Sobre este último aspecto, señala que, en 1997, encargó un estudio de opinión a la empresa Borge y Asociados, en el cual el 65.5% de los entrevistados opinaron que la corrupción en el Sistema de Administración de Justicia era mucha.

Ese mismo año, el Organismo Judicial contrató otro estudio con la firma Aragón y Asociados, en el cual el 88% de los encuestados consideró que la administración de justicia es inadecuada, e identificó el problema de la corrupción como uno de los principales obstáculos que se enfrenta en la tarea de aplicar justicia.

En la segunda sección, el estudio analiza ?las prácticas establecidas y hechos concretos? que propician la corrupción.

Muchas de ellas están relacionadas con normas poco precisas que permiten un alto grado de discrecionalidad de los funcionarios; otras se originan por la falta de independencia judicial, autoritarismo o inseguridad laboral; no pocas son propiciadas por estructuras caducas, y la mayoría se generan por la falta de ética de los operadores y la escasa fiscalización cívica.

Los factores internos y externos, al Sistema de Justicia, que propician la corrupción son tratados en los capítulos tercero y cuarto, destacando la existencia de poderes ocultos y articulaciones criminales.

La quinta sección aborda ?Algunas recomendaciones planteadas a partir de la firma de la paz?, y en el sexto apartado se analizan los ?intentos poco exitosos en materia de combate de la corrupción?.

En el penúltimo capítulo se consignan las recomendaciones del estudio, divididas en seis materias: formación ética y profesional; adecuaciones organizacionales; persecución penal, disciplina y sanciones; reformas normativas; y participación ciudadana.

Desde mi punto de vista, después de varios años de trabajar el tema, considero que avanzaremos muy poco en la reforma de nuestro Sistema Judicial, si los programas de cambio no son diseñados e impulsados con la participación de un movimiento social fuerte y capaz.

El ensayo de la Fundación Myrna Mack termina con un apartado dedicado a las consideraciones éticas, del cual cito a continuación una reflexión importante: ?Los cambios jurídicos, políticos e institucionales son insuficientes, si no van acompañados de un proceso de adopción de valores que transformen la conducta de las personas y generen voluntad política. Podemos avanzar en el perfeccionamiento de la legislación y de las instituciones, pero si no se trabaja en la recuperación de las virtudes personales, no será posible armar una nueva convivencia?.

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