PRESTO NON TROPPO
Breve crónica y una invitación
La semana que finaliza fue heterogénea en oferta cultural. En cierto modo, una sana paradoja. Mientras vemos que se le retiran inversiones urgentes y auspicios sustanciales al arte, de todas maneras florecen las expresiones artísticas, como el mejor argumento para contrarrestar la indiferencia e inclusive la oposición con la que algunos reaccionan cuando se trata de apoyar materialmente a la cultura guatemalteca actual. Apuntaremos cuatro sucesos, nada más.
El viernes recién pasado, en un lapso de apenas tres horas y a escasa cuadra y media de distancia, fue posible asistir a dos eventos totalmente diferentes. Por un lado, “Firme Determinación”, una exploración en danza, de Alejandra Garavito, junto a siete bailarines, ConTacto Danza y Casa Celeste. Buena demostración de plasticidad conceptual y escénica, en que el Adhitthana (una de las perfecciones budistas) sirve de base para combinarse con la gestual occidental. Esa misma tarde, hacía unos minutos, en el Centro Cultural de España, al licenciado Max Araujo se le entregaba su libro más reciente, “Derecho de Autor y Derechos Conexos”, un texto que amerita un comentario aparte. El miércoles, el Museo Nacional de Arte Moderno, con el apoyo de Fundación Rozas Botrán y el Ministerio de Cultura inauguraba una muestra pictórica, bajo el simpático título “Los 5 Estorbos Vivientes”. Este tributo a Elmar Rojas, Ramón Ávila, Rodolfo Abularach, Manolo Gallardo y Luis Díaz, puede apreciarse en la sala de exposiciones temporales del Munam y constituye un rápido vistazo a cinco exponentes fundamentales de la escuela modernista en el país. Todavía una noche antes me cabía el gusto de participar, con el Cuarteto Contemporáneo, en el recital inaugural que brindamos para la nueva Licenciatura en Composición y Producción Musical de la Universidad del Valle, en una panorámica de la música de Guatemala a lo largo de los últimos 400 años. Artes escénicas, artes visuales, producción literaria.
Ahora, y con buena anticipación, es el momento de convidar a lectoras y lectores para que asistan a un concierto que reviste condiciones poco usuales. Se trata del ofrecimiento, en estreno absoluto, de tres obras de Felipe de Jesús Ortega. El maestro dirigirá, como complemento, la V Sinfonía de Tchaikovski, al frente de la Orquesta Sinfónica Nacional, dentro de la programación de la Temporada Popular correspondiente a este año. Lo que resulta muy interesante es el “Concierto para Tres Flautas y Orquesta Especial”, que este compositor guatemalteco ha creado en calidad de primicia para la historia musical de estas tierras. La pieza es un homenaje al maestro Julio García Peláez, antigua primera flauta de la OSN, y tendrá como solistas a los jóvenes flautistas Gabriela Corleto, Ernesto Calderón y Gabriel Yela. Según lo indica Ortega, vale señalar que el término especial se aplica a una orquestación atípica que emplea para el acompañamiento. De entrada, la sección de alientos no lleva flautas – como cabe esperar, dada su condición de solistas. Pero, además, no lleva violines segundos, ni violas, ni violonchelos; a cambio, se incluye un redoblante. El programa se completa con el “Vals en Tres Estancias” y la “Rapsodia Romántica”, en que figura como solista el joven pianista Roberto Pérez Chamalé.
Este distintivo concierto tendrá verificativo el jueves 1° de Marzo a las 19:30 horas, en el auditorio del Conservatorio Nacional de Música. Una nueva ocasión de escuchar nueva música, en manos de uno de los exponentes más prolíficos e incansables del arte musical en nuestro medio. Desde ya nos atrevemos a calificar esta presentación como un acontecimiento único.
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