Año nuevo

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Algunas resoluciones que debiéramos incluir en nuestra lista es la protección al medioambiente, pues en este año 2012 el tema se ha quedado invisible. En cuanto a problemas nacionales de otra índole, debiéramos velar por erradicar la desnutrición en los niños, la violencia contra la mujer, la prostitución infantil, la trata de personas y la indiferencia ante la discriminación. Un gran reto es cómo lograr mayor eficiencia en el Congreso, pues muchas leyes importantes se quedan estancadas, quizás por políticos corruptos que, aunque son delatados, salen impunes. Otros que salen a luz en los medios, tampoco son castigados severamente por su nepotismo y falta de transparencia. Esto debe cambiar.

Pero hablemos de otro tipo de resoluciones más personales. Muchos quisiéramos eliminar de nuestras vidas todo aquello que nos enferma tanto de forma física, mental como espiritual. Primeramente, para cambiar debemos creer fervientemente que estamos en control y podemos. Yo les recuerdo que nosotros somos lo que nosotros pensamos que somos. Si creemos que somos unos fracasados, lo seremos porque lo reflejaremos en nuestro diario vivir con la forma de vestirnos, arreglarnos, de actuar y de hablar. Al igual que si creemos que somos exitosos lo seremos, porque es nuestra actitud ante la vida la que rige y de allí partirá el resultado. No hablo de llegar a ser millonarios, porque el dinero no trae necesariamente la felicidad. Hablo de ser exitosos en nuestro diario vivir.

Lo que pongamos en nuestra mente es importante. Si en las mañanas nos levantamos con pesimismo, nuestra espalda estará encorvada por el peso que llevamos de forma anímica. Hay signos que nos delatarán, como una mueca en vez de una sonrisa, o el ceño en la frente. Todo eso ahuyentará a nuestros amigos, compañeros, empleados o clientes, y eliminará nuestra posibilidad de ser felices. Sin embargo, si pensamos que todo en la vida tiene una solución, inmediatamente caminaremos rectos, con la frente en alto, con una sonrisa en los labios y una actitud positiva ante la vida por la convicción de que las cosas saldrán bien. Esto atraerá como un imán todo lo bueno que la vida nos depara.

Por ello, debemos rodearnos de personas positivas, políticos honorables, gobernantes transparentes y entusiastas que a su vez sean rectos, generosos y sabios. Otra recomendación es ser realistas, pues muchas personas confunden la fantasía con la realidad. Nuestras metas deben ser específicas, medibles, obtenibles y realistas en el tiempo, y cada meta debe llevar un listado de las acciones específicas a tomar en un tiempo prudencial para no frustrarnos. Quizás lo más importante sea la fuerza de voluntad en querer hacer las cosas bien. Depende si queremos demostrar un verdadero amor por Guatemala en el año que viene, para que ese cambio se refleje en el progreso de nuestra nación. ¡Feliz año nuevo!

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