EDITORIAL
Advertencia a los políticos
Si bien los esfuerzos de las autoridades monetarias han influido de manera decisiva en una relativa estabilidad económica de Guatemala, también debe decirse que eso no es algo que pueda mantenerse por mucho tiempo, si a ello no se unen otros sectores, principalmente los políticos, a quienes esta semana se les ha lanzado la advertencia de no actuar de manera precipitada, porque sus acciones pueden complicar más el panorama.
El Banco de Guatemala advierte de que la inestabilidad política tiene un impacto catastrófico en el crecimiento económico y las acciones que refuerzan sus argumentos son los cambios inexplicables o acelerados en la administración pública, en unos casos para favorecer a allegados a las autoridades o en otros para demeritar los esfuerzos por combatir la endémica corrupción, como es el caso de la Superintendencia de Administración Tributaria, donde se produjo una de las remociones más criticadas.
Muchas de esas decisiones, entre ellas también la reciente elección irregular en el Congreso de la República, contribuyen a crear inestabilidad, pero también complican un panorama ya de por sí cargado de incertidumbre y eso tiene consecuencias nefastas en la inversión, porque los mismos empresarios no se atreven a promover negocios en un ambiente tan variable, pero sobre todo de manera intempestiva, donde algunos cambios son percibidos como poco acertados.
En respaldo del pronunciamiento del Banguat debe decirse que es un llamado responsable y oportuno, tal y como lo hicieron los obispos de Guatemala, al reclamar mayor coherencia de la clase política, porque cada vez se hace más notorio que se está actuando con ligereza, con irresponsabilidad y de espaldas al clamor de diversos sectores que piden mayor serenidad en decisiones trascendentales.
Existe un antecedente que ilustra los nocivos efectos de acciones gubernamentales poco meditadas, como fue la decisión del presidente Jimmy Morales de intentar expulsar del país al jefe de la Comisión Internacional contra la Impunidad en Guatemala, Iván Velásquez, medida que a las pocas semanas había levantado nubarrones sobre la certeza jurídica y desencadenó una baja en una de las calificadoras de riesgo.
Lo más lamentable es que llamados como el de las autoridades del Banguat y de otros sectores tienden a ser vistos con indiferencia y hasta desafío por parte de las autoridades, quienes, ebrias de poder, continúan su marcha hacia el desfiladero, sin importarles el enorme daño que le están causando al país.
Gracias a los esfuerzos y a las valerosas acciones de autoridades y sectores ajenos a las cúpulas políticas es que se logran escuchar esos llamados de alerta para enderezar el rumbo, porque esa conducción errática y temeraria de la cosa pública es lo que acrecienta la sensación de incertidumbre y de inestabilidad, en lo cual nada tiene que ver la crítica y los llamados a la prudencia en cambios e implementación de políticas.
Si bien existen nubarrones sobre la economía nacional, el desempeño bancario sigue siendo satisfactorio y por ello se lanzan las voces de alerta, para evitar que los vaivenes politiqueros contaminen a sectores tradicionalmente estables.