LIBERAL SIN NEO
A toda buena idea le llega su lunes
Desconozco si existe el aforismo, o si es cierto en el camino de una sociedad, que a toda buena idea le llega su lunes. Quizás pueda decirse de la intención de Alfonso Abril, con la publicación de su libro Del monopolio a la libertad: Una propuesta para reformar el Instituto Guatemalteco de Seguridad Social (IGSS) (Grafiaetc., 2017). La sugerencia está servida, explicada y fundamentada; para cuando se pueda, se necesite, haya claridad, el deseo de sanar, las circunstancias lo demanden o la coyuntura abra la oportunidad. El autor ha dedicado algunos años a explorar, investigar y promover esta propuesta y ahora le puso el hombro a documentarla en un libro. La propuesta consiste en la desmonopolización del IGSS, tanto en seguro médico como en pensiones. Sospecho que los críticos saltarán inmediatamente a descalificarla peyorativamente como un llamado para la privatización, término con gran carga ideológica que enciende los ánimos de quienes todavía ven este megamonopolio estatal como una conquista de los trabajadores. El autor no propone la privatización, sino la desmonopolización del IGSS.
Alfonso Abril plantea dos posibles formas básicas. Una consistiría en una reforma constitucional para eliminar la obligatoriedad, y la decisión de cotizar o no queda en el trabajador. La otra propuesta consiste en mantener la obligatoriedad, pero cada trabajador puede elegir entre permanecer en el IGSS o contratar el seguro médico con una empresa privada. Cada trabajador podría elegir entre permanecer en el sistema de pensiones del IGSS o trasladarse a uno de capitalización individual, con una empresa privada o administradora de fondo de pensiones (AFP). Habría competencia y el trabajador puede elegir lo que mejor le parezca. Al hablar de los derechos de los trabajadores, ¿por qué no tendría el derecho de escoger libremente con quién contratar estos servicios? ¿O acaso su derecho consiste únicamente en la obligación de cotizar con un monopolio estatal?
El libro inicia con un examen de la realidad del IGSS, con hechos y cifras. Resalta la enorme deuda que tiene el Gobierno con el IGSS, que con más de 60 años de incumplimiento es ya una cifra superior a Q35 mil millones. Una deuda materialmente impagable y moralmente inaceptable. Con cifras del propio IGSS, el autor demuestra cómo el programa IVS es sostenible hasta el año 2024, cuando los egresos superarán las cuotas y será necesario reducir las pensiones, aumentar la cuota, o una combinación de ambos. Es un sistema obsoleto.
Sin duda, Alfonso se inspira en el modelo chileno, que tanto contribuyó al desarrollo de ese país. Sistemas similares que se adoptaron en Perú y México también son buenos ejemplos, no así los implementados en Argentina o El Salvador. Las bondades del sistema de pensiones de capitalización individual, como la formación de pozos profundos de ahorro de largo plazo que alimentan la formación y crecimiento de actividades productivas, son importantes. Como señala el Dr. Roberto Salinas en el prólogo, además de las consideraciones utilitarias o consecuencialistas, están las éticas. ¿Por qué ha de negársele al trabajador el derecho de elegir y beneficiarse de la competencia por su preferencia?
El libro de Alfonso Abril constituye una importante contribución al acervo de propuestas para Guatemala. Sumado a cifras y análisis, esgrime explicaciones y razonamientos que provocan y desafían. Es una propuesta que merece un lugar en la discusión sobre el futuro del IGSS; no debe ser descartada con etiquetas ideológicas superficiales. Recomiendo su compra y lectura.
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