CATALEJO

25 de mayo de 1993, tan cerca y tan lejos

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HOY SE CUMPLEN 23 AÑOS del 23 de mayo de 1993, fecha de uno de los acontecimientos políticos más absurdos de la historia guatemalteca y latinoamericana. Los guatemaltecos amanecimos ese día con la noticia del autogolpe de Estado dirigido por Jorge Serrano Elías, un personaje de vocación delincuencial llegado a la presidencia en 1991 a consecuencia de varios factores: uno, el descontento popular por el gobierno demócrata cristiano; dos, el encausamiento de ese rechazo contra los candidatos considerados representantes de una clase política caduca, aunque el aspirante con más fuerza en su segunda intentona fuera Jorge Carpio Nicolle.

EL TERCER FACTOR fue el surgimiento de Serrano, autodenominado líder de la tribu política amorfa llamada Movimiento de Acción Solidaria, producto de la excesiva libertad de creación de partidos a partir de 1984. Se trataba del heredero de José Efraín Ríos Montt, llamado a gobernar de manera sorpresiva por los oficiales jóvenes del Ejército para encabezar el golpe contra Lucas García. Para encabezar el “consejo de Estado” —un remedo de Congreso— llamó a Serrano, otro renegado del catolicismo y convertido en miembro de los grupos fundamentalistas religiosos llamados Verbo, en el caso del militar, y El Shaddai, fundada por Harold Caballeros. Por esa relación, político-confesional, Serrano era conocido por los votantes.

SERRANO, ORADOR CONVINCENTE aunque sin base conceptual, logró captar el mensaje de rechazo popular. Hubo una extraña confrontación oral con el entonces presidente, Vinicio Cerezo, también orador convincente pero con base, y a eso se sumó un ingenioso comercial de televisión. Nadie daba un centavo por él, literalmente. Pero al subir desde un 2% de intención de voto al inicio de la campaña a un segundo lugar en la primera vuelta, se volvió millonario casi instantáneo a causa de las espontáneas colaboraciones de quienes invierten dinero en candidatos para luego obtener beneficios de los presidentes. El sobrante de los gastos de campaña fue a dar a sus bolsillos, y lo digo por tener una muy buena fuente: Jorge Serrano Elías.

UNA DE LAS CAUSAS, ENTRE muchas, del golpe contra Ríos Montt fue la preocupación militar porque Guatemala se “irlandizara”, al dividirse entre católicos y no-católicos. Serrano no eliminó ese peligroso maridaje riosmontista entre religión y política. Continuó el apoyo oficial subterráneo a grupos religiosos de este tipo, sobre todo en el área rural. Políticamente, el barco gubernativo comenzó a naufragar, el Congreso se convirtió en centro de chantaje, no avanzaban lo suficiente los acuerdos de paz, firmados tres años y medio después por uno de sus peores enemigos, Álvaro Arzú, canciller serranista. Su relación con la prensa independiente se rompió, entre otras razones porque participaba su sobrina y funcionaria Roxana Baldetti Elías.

VALE LA PENA RECORDAR estos detalles, talvez perdidos en la vorágine histórica nacional, porque explican por qué es risiblemente ridículo el llamamiento a refundación del Estado hecho por Serrano desde Panamá. Resulta más importante comparar la situación nacional de hoy en día, en sus aspectos de correlación de fuerzas políticas, y en la importancia de factores como la militancia religiosa de las altas autoridades, el renacimiento de figuras ya colocadas en el altar o en el basurero, según sea el criterio, de la Historia. Conocer esto tiene la utilidad de aportar criterios para decidir cómo no se debe actuar. Otra importancia radica en la edad de la población. Lo relatado hoy, por ejemplo, es desconocido para la mayoría de guatemaltecos.

ESCRITO POR:

Mario Antonio Sandoval

Periodista desde 1966. Presidente de Guatevisión. Catedrático de Ética y de Redacción Periodística en las universidades Landívar, San Carlos de Guatemala y Francisco Marroquín. Exdirector de la Academia Guatemalteca de la Lengua.