La cláusula siete estipula que debe garantizarse un 70 por ciento de disponibilidad de las aeronaves —cuatro helicópteros en funcionamiento— y dos en tierra.
Los viceministros Manfredo Pacheco y Eunice Mendizábal justifican que las reparaciones pueden tomar más tiempo del planificado. Según el contrato “a costa de Gobernación”, la empresa importará los repuestos o componentes que requieran ser enviados a talleres especializados. “No se sabe qué pieza va a fallar en qué momento”, expresó Pacheco.
Horas de vuelo
La cláusula décima estipula que las aeronaves deben estar “disponibles para operar 120 horas de vuelo efectivas por mes o mil 440 horas efectivas por año para la flota en toda su capacidad”.
Tres reportes enviados a la bancada de la Unidad Nacional de la Esperanza (UNE) por la Fuerza de Interdicción Aérea Antinarcótica y Antiterrorista (FIAAT) dan cuenta que del 23 de septiembre al 22 de octubre volaron 74 horas, el mes siguiente 90 y en diciembre 94.
No se trata que los helicópteros deban volar 120 horas, simplemente deben estar “disponibles”, dijo Mendizábal.
Marvin Flores, de Acción Ciudadana, y el analista Miguel Castillo coincidieron en que la Fuerza Aérea Guatemalteca (FAG) tiene pilotos entrenados y no es la primera donación de Uh-1H en el país.
Prensa Libre calculó, de acuerdo con los salarios en el mercado, que el pago de seis pilotos equivaldría a US$60 mil y el de igual número de mecánicos a US$30 mil. Es decir, US$90 mil mensuales (Q702 mil).
Según las tarifas cotizadas, una hora de vuelo cuesta US$2 mil. Si se multiplica por el número de las exigidas en el contrato sumarían US$2 millones 256 mil (Q17 millones 596 mil). Si se cumpliera con el total de horas estipuladas, el costo sería de Q89 millones 856 mil cada año, sin pagar combustible ni repuestos.
El galón de combustible para aeronaves cuesta Q43.70 Los Uh-1H consumen 60 galones por hora (Q2 mil 622) o Q3 millones 775 mil 680 anuales.
Flores sostiene que la Contraloría General no puede auditar mecanismos especializados como los de aviación. En tanto que Castillo cuestiona cómo se invertirá entonces el rubro de mantenimiento donado en la reciente visita del subsecretario de Estado de Estados Unidos, William Brownfield.