Guatemala

Dos años de búsqueda plagada de pistas falsas

Testimonios contradictorios, intentos de eliminar evidencias, tardanza en pesquisas y más de 20 diligencias de exhumación infructuosas se suceden a lo largo de los dos años que lleva ya la búsqueda de Cristina Siekavizza.

Foto familiar de Cristina Siekavizza; su esposo, Roberto Barreda, y sus hijos, María Mercedes y Roberto José.

Foto familiar de Cristina Siekavizza; su esposo, Roberto Barreda, y sus hijos, María Mercedes y Roberto José.

La víctima habría sido asesinada la noche del 6 de julio del 2011 por su esposo, Roberto Barreda de León, quien desapareció desde el 3 de agosto, junto con los hijos de la pareja, María Mercedes y Roberto José, sobre cuyo paradero han abundado pistas falsas.

La más reciente hipótesis del caso pareciera explicar el destino de Barreda de León, aunque familiares y amigos de Siekavizza consideran que se trata de un intento por hacer que cese la búsqueda.

Según esta teoría, Barreda de León habría sido asesinado, al igual que sus hijos, pero integrantes del colectivo Voces por Cristina no cree esa versión. “¿Cree usted que esa familia estaría tan tranquila si supiera que a su hijo lo mataron?”, se preguntó Tania Lizárraga, voluntaria del citado colectivo, quien resaltó que su lucha actual y la de la familia Siekavizza es por encontrar a los menores.

“Los niños son el centro de todo este esfuerzo; los niños son quienes nos motivan a seguir, porque creemos que están vivos”, dijo Lizárraga.

Búsqueda sin final

El rostro de Barreda de León figura en la lista de los guatemaltecos buscados por la Policía Internacional (Interpol). También en muchos autopatrullas de la PNC aparece el afiche que ofrece una recompensa de Q50 mil para quien informe sobre su paradero.

El 24 de julio del 2011, Barrera de León participó en una marcha para exigir la aparición de Siekavizza, a quien en un principio se creía víctima de secuestro. De hecho esa fue la primera línea de investigación, la cual se fue desvaneciendo conforme surgió nueva evidencia. Días después, al convertirse en el principal sospechoso, dejó de figurar en público y finalmente se perdió su rastro el 3 de agosto.

El Ministerio Público (MP) señala a Barreda de León por la muerte de Siekavizza, pues en su carro de trabajo se encontró rastro de sangre, por lo que se cree que se deshizo del cuerpo para borrar evidencias.

Se ha dicho de todo: que estaba en Estados Unidos, en Panamá o en remotos puntos rurales de Guatemala, pero la mayoría parecen solo intentos por despistar.

La doméstica

Petrona Say, empleada doméstica de la familia Barreda Siekavizza, fue capturada el 7 de agosto del 2011, acusada de encubrimiento, pero una semana después se convirtió en colaboradora eficaz. Ella confirmó la muerte de Siekavizza al asegurar que pedía auxilio a gritos durante una prolongada discusión con su esposo, en su casa del condominio Los Manantiales, San José Pinula.

Say se encerró con los niños y les puso la televisión a alto volumen. Cuando salió, pudo ver el cuerpo inmóvil de Siekavizza, en una de las habitaciones. También vio manchas de sangre que Barreda de León habría limpiado, según testificó. Este la habría amenazado para que guardara silencio.

¿Vínculos con narco?

El 2 de febrero del 2012, el expediente fue trasladado de la Fiscalía contra el Crimen Organizado a la Fiscalía Especial de Delitos contra la Vida, a cargo del fiscal Héctor Canastuj.

El fiscal señaló que recién recibido el expediente llegó a la Fiscalía información relacionada con que Barreda de León tenía una amante, quien sería hija de un supuesto narcotraficante de El Progreso. De acuerdo con esta hipótesis, Siekavizza se enteró del romance extramarital, encaró a su cónyuge y él la mató.

Luego Barreda de León se comunicó con integrantes de la estructura —del cartel— para que lo ayudaran a desaparecer el cuerpo de su esposa, en terrenos de El Progreso, supuestamente en una propiedad del papá de su amante, a quien únicamente se identifica como el Tigre de Morazán —con supuestos vínculos con el cartel de Sinaloa—.

Lo esperaron el 7 de julio del 2011 y enterraron a Siekavizza en un pozo, cerca del río Motagua, el cual fue rellenado con tierra y cemento, para evitar que fuera localizada.

Norma Cruz, de la Fundación Sobrevivientes, refirió que un informante identificado como Giovanni Velásquez proporcionó datos muy explícitos sobre la anterior teoría. De allí que se hayan efectuado allanamientos en la arenera Las Pericas, pero sin resultados positivos, según informa el MP.

Velásquez dijo que los hermanos Joaquín y Luis Oliva le relataron que en los primeros días de julio llegaron un picop y dos camionetas a la finca El Carmen, propiedad de otro supuesto narcotraficante identificado solo como Rutilio. Los visitantes dijeron que llevaban un cadáver envuelto en una alfombra y que habían recibido órdenes de enterrarlo a unos 200 metros del río Motagua.

Según los Oliva, se trataba de una mujer, ya que sus características eran finas, y en las uñas tenía restos como de piel.

El 4 de agosto del mismo año, por el ritmo que había tomado la investigación, Barreda de León se habría reunido con su amante, a quien le habría comunicado que quería escapar con sus hijos. Supuestamente el padre de la mujer lo apoyó en su huida.

El Tigre le habría dicho que no había problema, pero que le tenía que dejar a los niños. Sin embargo, Barreda de León, molesto, habría insistido en llevárselos. Según esta historia, en medio de una discusión el presunto narco desenfundó su arma y mató a Barreda de León, para luego decirle a su hija: “Clavos no quiero”, y ordenó el asesinato de los niños.

Los cuerpos habrían sido llevados hasta el lugar donde fue enterrada Siekavizza y los sepultaron, bajo tres capas de cemento.

Esta versión llegó a la Fiscalía después de que uno de los cuatro guardaespaldas de la amante de Barreda de León bebió licor con otras cuatro personas, entre ellas un familiar de un policía, quien escuchó el relato y trasladó la información al MP.

Canastuj refirió que en la propiedad del supuesto narcotraficante se efectuó un allanamiento que duró un mes, pero no se encontró ninguna evidencia. La única coincidencia es el nombre de la hija de este, el cual mantiene en reserva y solo da su alias: la Tigrilla.

Coincidencias

Cruz señaló que puede tratarse de una estrategia de la familia Barreda de León para desviar la atención y hacer creer que ya no hay por qué buscarlo.

En todo caso, han guardado silencio a lo largo del caso, e incluso la madre de Barreda de León, la exmagistrada Beatriz Ofelia de León resistió 17 meses de cárcel en absoluto mutismo, por presunta obstrucción a la justicia, hasta que un juez le cambió la acusación y le dio medida sustitutiva de Q10 mil de fianza y arraigo por el delito de amenazas.

ESCRITO POR: