Comunitario

Contaminación auditiva en el país

La población guatemalteca está expuesta en las ciudades del país  a ruidos por arriba de los 100 decibeles (dB), cuando el oído humano solo puede soportar un máximo de entre 50 y 65 decibeles, por lo que puede sufrir daños irreversibles en el aparato auditivo, como  sordera.

En Guatemala  no existe una ley que evite la emisión de sonidos estruendosos en las calles. (Foto Prensa Libre: Edwin Bercián)

En Guatemala no existe una ley que evite la emisión de sonidos estruendosos en las calles. (Foto Prensa Libre: Edwin Bercián)

CIUDAD DE GUATEMALA- “Las mediciones que hemos efectuado    establecen que hay ambientes en áreas urbanas en las que se generan ruidos de 100 decibeles en adelante,   dañinos para la salud”,  dice Antonio Molina,  del Ministerio de Ambiente y Recursos Naturales (MARN).

Estudios   de la Organización Mundial de la Salud (OMS)   señalan que el oído humano puede soportar sonidos de hasta 65 dB, y una intensidad  mayor sería dañina para la audición.

El director de Cumplimiento Legal del MARN, Jorge Lemus de León, informa que en los últimos cinco años recibieron  755 denuncias por ruidos, pero no comenzaron ningún procedimiento sancionatorio porque no existe un estudio de impacto ambiental al respecto.

DESCARGUE: Consecuencias por sonidos dañinos

Tampoco hay un marco regulatorio unificado sobre emisión de sonidos.

En la provincia  han tomado medidas, pero la situación persiste.  La Municipalidad de  Antigua Guatemala empezó a sancionar por   ruidos en octubre del 2009 y  ha emitido 534 multas de Q200.

Vecinos de Quetzaltenango afirman que pese a que desde el 2012 está prohibido emitir sonidos estridentes en esa ciudad, nadie cumple la normativa.

La jueza de asuntos municipales Thuly Jacobs afirma:  “No hay sanción alguna contra los que violentan la regla   porque no hay pruebas contundentes”.

La  comuna capitalina informa que sí sanciona  por ruidos, aunque no proporciona cifras.

La psicóloga   Valeria Luna  explica que el ruido es un “intruso ignorado”  porque las personas llegan a creer que están acostumbradas  a sonidos fuertes,  pero ignoran que pueden causar estragos.

“Todos los días estamos metidos en el embotellamiento de tránsito y el ruido se vuelve normal, pero nuestro subconsciente lo llega a percibir como una alteración y se transmite al resto del organismo”, dice.

Estrés en el tránsito

El parque vehicular es uno de los factores que causa mayor ruido. En la capital, la  Policía Municipal de Tránsito (PMT) señala que hay un millón 50 mil  vehículos de cuatro ruedas y 325 mil motocicletas.

Se estima que una persona puede pasar entre el bullicio de bocinas de autos   de 90 a 120 minutos al día.

Un estudio del MARN establece que en la capital se pueden registrar ruidos de hasta 150 dB en las zonas 1, 8, 9, 10 y 11.   

Agrega  que las discotecas emiten de 130 a 160 dB. Las iglesias producen  de 80 a 100 dB; el claxon de un automóvil, de 30 a 100 dB; los camiones, de 115 a 130 dB. Los aviones emiten  estruendos de 120 dB por medio de sus turbinas.

 Pero no solo las bocinas  producen ruidos,  las personas pueden provocarlos al conducir un vehículo.

Amílcar Montejo, intendente   de la PMT capitalina,   señala  que muchos conductores  abusan de la aceleración del motor de sus vehículos. La aceleración de una moto puede emitir 88 dB; un vehículo de cuatro ruedas liviano genera 85 dB y los camiones, 92 dB.

Sin legislación

El MARN no tiene un reglamento para controlar el sonido en el país, solo se basa en una guía de la OMS.  Desde el 2008 se empezó a mencionar la elaboración de un reglamento y   siete años después aún no existe.

En la actualidad está vigente la Ley de Protección y Mejoramiento del Medio Ambiente, pero   no se especifican mediciones ni sanciones.

Luego de las reformas al Código Municipal en el 2010,  las comunas se hicieron cargo del control auditivo. El artículo 25 de ese código dice: “A la persona que opere cualquier aparato de sonido, megáfonos o similar sin tener la debida licencia, o la misma ya hubiere vencido, se le impondrá una multa de Q500 a Q50 mil”.

La Ley de Tránsito impone multas de  Q200 por circular en vehículos que tenga el silenciador o escape inadecuado.

En el artículo 182 se establece que se multará con Q300 por producir ruidos estridentes por  vehículos, bocinas y altavoces.  Sin embargo, no especifica niveles de decibeles.

La jefa del área socioambiental del Instituto de Problemas Nacionales de la Universidad de San Carlos, Magaly Arrecis, señala   que en el país no existe la voluntad de evitar la contaminación auditiva y que se debería implementar un solo reglamento para evitar ambigüedad.

“Será difícil que este tema se tome en cuenta en un año electoral, porque queda relegado”, apunta.

*Con información de C. Ventura, M. López

SALUD – Agresividad de pilotos-

La psicóloga Valeria Luna explicó: “El ruido puede causar una actitud violenta. Los sonidos son captados de manera subjetiva,  y esa acumulación causa  un trastorno explosivo intermitente. La gente pasa de pasiva a ser agresiva”.

JÓVENES -Volumen dañino-

Según el coordinador de la Unidad de Seguimiento y Vigilancia Ambiental del MARN, Antonio Molina, los jóvenes pueden causarse daño en los oídos si escuchan música con audífonos con una intesidad mayor a los  60 decibeles.

LEGISLACIÓN -Debilidad en leyes-

P ara la jefa del área socioambiental del Ipnusac, Magaly Arrecis, los reglamentos  para evitar la contaminación auditiva  son difíciles de aplicar porque hay desorden.  “Debe existir un solo reglamento en el país”, dice.

A bocinazo limpio

• Los departamentos del país afrontan  alta carga vehicular que causa congestionamiento  y  contaminación auditiva porque los pilotos abusan de la bocina.

• Guatemala (capital):   1 millón 375 mil vehículos

• Quetzaltenango:  187 mil 507

• Escuintla: 172 mil 107

• Huehuetenango:  87 mil 708

• Jutiapa:  82 mil 264

• Izabal:  81 mil 745

• Petén:  78 mil 868

• Suchitepéquez:  72 mil 936

• Quiché: 52 mil 314

• Alta Verapaz: 41 mil 325

Fuente: PMT capitalina y SAT

PRECAUCIONES

• En una discoteca se  escuchan ruidos de 130 a 160 dB.

• La turbina  de un avión emite 120 dB o más.

• El claxon  de un  camión  produce 130 dB.  

• Sonidos por audífonos llegan a 100 dB o más.

• El bocinazo  de un vehículo puede romper el tímpano.

• Un individuo  puede enfermarse de trauma acústico, por el ruido.

• Las personas  expuestas a sonidos severos pueden perder la audición.

• Se recomienda  usar protectores para los oídos si se expone a ruidos.

• En el  tránsito se aconseja calmarse para evitar el estrés.

• Una vez  al año se recomieda hacerse  exámenes de otorrinolaringología.

ESCRITO POR:

Edwin Pitán

Periodista de Prensa Libre y Guatevisión desde hace 14 años. Especializado en radio, prensa y televisión. Periodista del año de Prensa Libre en 2018. Productor de la emisión en directo de Noticiero Guatevisión.