¿Cómo se siente ahora de terminar su carrera diplomática?
Muy a gusto. En toda mi carrera profesional he intercambiado períodos en Guatemala con temporadas en el exterior. La vasta mayoría de mi carrera fue en las ciencias económicas, no en la diplomacia.
Usted desempeñó varios puestos en el extranjero, ¿cuál fue el mejor?
Respecto de profesión, lo que me dio más satisfacción fue la Secretaría Ejecutiva de la Comisión Económica para América Latina (Cepal), que la ostenté durante varios años (1988-1997). Fue un desafío enorme porque cubre toda América Latina.
Pero estar al servicio del país tiene sus gracias. Yo me sentí muy a gusto en Nueva York, igualmente en la Cancillería. Yo le diría que el cargo de mayor responsabilidad que he tenido ha sido el de canciller de la República, pero cada uno tiene sus virtudes.
¿Fue el puesto de canciller el más difícil, entonces?
Sí, por la responsabilidad política, por las decisiones que hay que tomar, que a veces son muy controversiales o delicadas. Uno está representando al país, algunas veces en temas bastante frívolos, como cocteles, pero la mayoría de las situaciones son de cierta trascendencia para la nación, y se marca en una línea de política exterior.
Cuando el expresidente Óscar Berger le pidió ser canciller, usted lo pensó mucho, ¿por qué?
Porque he hecho toda mi carrera en Economía, soy economista. Pensé que a esas alturas de mi vida cambiar de profesión no era lo más atractivo para mí. Quería seguir en el área económica.
No me sentía ligado a ningún partido político. Terminé aceptando como tecnócrata. Fui un canciller tecnócrata, aportando lo mejor que podía. Cuando uno hace servicio público está más allá del gobierno de turno.
Me llamaron para asumir la Cancillería, me resistí bastante. Al principio fue un no rotundo, después un no calificado y finalmente un sí. Terminó siendo una buena decisión, porque yo valoro mucho el trabajo que pude hacer.
¿Cómo fue la experiencia de estar en el Consejo de Seguridad de la ONU?
Emocionante, porque es el foro que tiene la responsabilidad de mantener la paz y seguridad mundial. Tener la posibilidad, aunque sea minoritaria, de influir sobre eventos de enorme trascendencia que pueden marcar la paz o la guerra. Fue muy estimulante no solo en lo personal, sino para toda la Cancillería.
¿Cómo es la presión que se maneja en esa instancia?
Nunca sentí presión. Lo que hay son cabildeos, pero la diplomacia es así, en situaciones chicas y grandes. Si un país vecino tiene un candidato para un cargo internacional, viene y hace representación en su Cancillería. Si un país grande miembro del Consejo de Seguridad tiene una política donde quiere que lo apoyemos, también nos platica, pero siempre fue con respeto, nunca hubo presiones, intimidaciones o amenazas.
¿Qué futuro tiene en la ONU el debate sobre reformar la política global de drogas?
No sé si los acuerdos finales se tejerán en las Naciones Unidas, pero ciertamente la ONU ha avanzado en tratar de adaptar al menos la legis- lación internacional sobre el creciente problema de drogas.
La asamblea general tomó la decisión, el año pasado, de convocar a una reunión mundial sobre el problema de estupefacientes que se celebrará en septiembre del 2016. Eso nos da la oportunidad de plantear una adecuación de la manera en que la humanidad lidia con este problema.
¿A qué se dedicará ahora?
Todavía no sé, me quiero dar unos meses para reflexionar. Pienso escribir mis vivencias, específicamente del Consejo de Seguridad. No sé si un libro o varios artículos, o incluso podría ser un documento interno para la Cancillería.
Para mí es un lujo disponer de tres meses para escribir. Luego de ese tiempo veré qué haré; si me dedico solo a la economía, a las dos cosas, a la academia o si sigo en la política pública.
¿Quiénes son sus modelos de líderes mundiales?
El primer nombre que se me viene es Nelson Mandela. He pensado muchas veces sobre qué pocos Nelson Mandela hay en el mundo; es realmente una figura excepcional. Lo que uno ve en el mundo hoy es una carencia de liderazgo de esa categoría.
Si el próximo gobierno le ofrece un puesto aquí o en el extranjero, ¿aceptaría?
No. Por razones de edad (79 años) y por fuero interno ya no me interesan cargos de ningún tipo. Tuve un enorme privilegio de poder estar al servicio tanto de la ONU como de mi gobierno, y ya fue suficiente. Ahora quiero la paz y tranquilidad que uno busca a la edad que tengo. No aceptaría estar en ningún cargo en ningún organismo y menos en el Gobierno.
ECONOMÍA Y DIPLOMACIA
Gert Rosenthal nació el 11 de septiembre de 1935. Se graduó de licenciado en Ciencias Económicas, en la Universidad de San Carlos de Guatemala.
Llegó a la Cepal en 1974, como director de la oficina en México, y en 1987 fue designado secretario ejecutivo adjunto.
De enero de 1988 y diciembre de 1997 ocupó la Secretaría Ejecutiva de la referida comisión regional de la ONU.
Fue representante permanente de Guatemala ante la ONU de 1999 al 2004.
Aceptó ser el canciller guatemalteco en el 2006 hasta que asumió el siguiente gobierno, en enero del 2008.
Regresó como representante permanente en la ONU ese año, hasta septiembre último.
SELECCIÓN DE MAGISTRADOS
Impacta en imagen
La controversia por la selección de los magistrados para la Corte Suprema de Justicia y Salas de Apelaciones repercute negativamente en la imagen de Guatemala, expuso Rosenthal.
¿Cuál es la imagen que tiene Guatemala a escala internacional? ¿Qué se habla del país afuera?
Sombras y luces. Si uno toma una radiografía de Guatemala hoy, y se compara con la de 1996, cuando se firman los acuerdos de Paz, hay más avances que retrocesos.
Pero si uno empieza a medir el grado de cumplimiento de lo que acordamos como nación, recogidos en los acuerdos de Paz, la distancia que debemos recorrer todavía es muy grande. No nos ayuda para la imagen exterior este alto nivel de violencia. Seguimos lidiando con la lucha contra la impunidad, que, a mi juicio, sufrió un retroceso con los acontecimientos recientes.
¿Se refiere a la elección de magistrados de cortes?
En cuanto a los magistrados es la manera en que se elige. Fuera de mi opinión personal, usted me preguntó sobre imagen en el exterior, eso impacta negativamente. Claro que es un tema interno, es algo que los guatemaltecos tenemos que resolver entre nosotros, pero es parte de las sombras que le digo.
En lo que no estoy de acuerdo es en esa imagen tremendista, la que todo está mal tampoco es así.