Mencos favoreció con resoluciones blandas a los programas del Consejo de Cohesión Social, no fue drástico con instituciones como el Registro Nacional de las Personas (Renap), además de haber exigido poco en materia de probidad, señalan expertos.
Raquel Zelaya, directora de la Asociación de Investigación y Estudios Sociales, manifestó que Mencos sí logró mejorar la tecnificación del personal, lo que repercute en mejores auditorías, aunque la Ley Orgánica de la Contraloría limita el campo de acción de cualquier profesional que llegue a dirigir ese ente fiscalizador.
“Hay personal más capaz, más apoyado por las autoridades, pero el resultado dista bastante de las expectativas, porque la Ley de la Contraloría entraña un trabajo lento, sobre lo que ya se hizo. No se vio un empeño eficaz para reformar la ley. No se ha ventilado la verdadera autonomía del contralor, porque su presupuesto lo sigue decidiendo el Congreso, no hay una junta directiva que decida esos aspectos y tampoco hay comunicación directa con alguna comisión legislativa para ver esos aspectos”, criticó Zelaya.
Opacidad
El politólogo Renzo Rosal, del Foro Guatemala, afirmó que Mencos quedó en deuda con la Nación.
“Fue una administración opaca porque él —Mencos— y en general todos los contralores anteriores han tenido una gestión en la que quedan debiéndole a los ciudadanos. Siempre queda una gran distancia entre lo que hubiéramos esperado de la administración de Mencos y lo que realmente pudo haber hecho”, expresó.
Rosal admitió que Mencos realizó algunos intentos por “sacar la cabeza del agua y enfrentar el asunto”, pero en la práctica, las decisiones y las acciones no fueron suficientes.
Un tema pendiente
Marvin Flores, de Acción Ciudadana, aseveró que la gestión de Mencos con respecto de las anteriores —Marco Tulio Abadío y Óscar Dubón Palma— fue mejor, aunque no haya dado los pasos necesarios para evaluar la ejecución presupuestaria, mejorar la calidad del gasto y velar por la probidad de las instituciones del Estado.
“No se avanzó en casos como el Renap y la contratación de organizaciones no gubernamentales por parte de los consejos de Desarrollo. No hubo avances en probidad, lo cual está vinculado al enriquecimiento ilícito de los funcionarios”, dijo Flores.
El abogado constitucionalista Ricardo Sagastume declaró: “Mencos no hizo los méritos necesarios para ganar la clase. Hay una serie de deficiencias e irregularidades que vienen de otros gobiernos. No hay avances, aunque al principio pareciera que intentó hacer bien su trabajo”.
Deficiencias legales
Los consultados coincidieron en que la Ley Orgánica de la Contraloría limita el campo de acción de ese ente fiscalizador y abre la puerta a las presiones de los diputados, sobre el contralor de turno.
Zelaya refirió que la ley vigente permite que el contralor quede sujeto a presiones e influencias políticas, por lo que recomienda reformar la ley cuanto antes, para que quien asuma el cargo tenga un escenario más favorable.
Rosal cuestionó porque “vemos una Contraloría cuyos mecanismos y metodología de trabajo responden a la década de 1940. Todavía tienen un tipo de auditoría basados solo en documentos, porque no llevan investigaciones contables y financieras.
La Contraloría “está sujeta a presiones de los organismos del Estado, para no meterse en temas candentes y hay tráfico de influencias”, agregó.
En una de las últimas entrevistas que Mencos concedió cuando aún era contralor, dijo en su defensa: “Me da tristeza que se califique mi trabajo de esa manera. Nunca le he pedido a un auditor que haga o deje de hacer alguna acción; sin embargo, comprendo que cada quien les da la interpretación que quiera a los informes”.