“No me importa nada que mis bebés sean más jóvenes que mis nietos. Eso significa que tienen más compañeros para jugar”, afirmó Cutts al tabloide británico “The Sun”.
La abuela de Lincolnshire (este de Inglaterra) supo en todo momento que un embarazo múltiple era posible, ya que los médicos le implantaron hasta cuatro embriones para tener más posibilidades de concebir.
“Cuando en una de las ecografías nos dijeron que había tres corazones latiendo me puse a llorar de alegría”, señaló.
La sanidad pública británica (NHS) sólo realiza el método in vitro a mujeres menores de 42 años, por lo que Cutts se vio obligada a ir a una clínica privada de Londres, donde el tratamiento no tuvo éxito.
Entonces la pareja viajó hasta Chipre, donde esta práctica se lleva a cabo en mujeres de hasta 60 años, que finalmente permitió a Cutts ser madre de nuevo.
Para poder hacer frente a las facturas del tratamiento, tuvieron que pedir prestadas 15.000 libras (18.662 euros).
Tras varias semanas de complicaciones, en las que fue avisada de que sería conveniente abortar uno de los fetos debido a problemas de embarazo a su edad, los bebés nacieron mediante cesárea.
Además, durante el embarazo Cutts se inyectó Botox y se puso extensiones para “estar radiante cuando los bebés nacieran”.