Los perros tienen un olfato diez veces superior al del hombre, por lo que el equipo cree que “los médicos podrían utilizar perros entrenados para detectar la presencia de cáncer de tiroides en una etapa temprana”, indicó Donald Bodenner, experto en endocrinología oncológica de la Facultad de Ciencias Médicas de la Universidad de Arkansas (UAMS) y autor principal del estudio.
Si bien Bodenner no sugiere que se tomen las decisiones de tratamiento de los pacientes sobre la técnica canina, señaló que la precisión diagnóstica del perro fue sólo ligeramente inferior a la de la biopsia por aspiración con aguja fina, el método habitual.
Para el estudio, el equipo entrenó previamente a Frankie para que reconociera el olor que desprende el tejido tiroideo con cáncer, a partir de muestras extraídas de múltiples pacientes.
Posteriormente, los investigadores le dieron a oler las muestras de orina de 34 pacientes antes de que se sometieran a una biopsia de los nódulos tiroideos, en la que 15 personas fueron diagnosticadas con cáncer y 19 dieron negativo.
Frankie, que fue adiestrado para tumbarse cuando identificara el cáncer de tiroides en una muestra y se apartará si la orina estaba limpia, acertó en 30 de los 34 casos.
Los científicos indicaron que prevén ampliar su estudio y colaborar con la Facultad de Veterinaria de la Universidad de Auburn puesto que la detección de olores canina tiene la ventaja de ser un método no invasivo y de bajo costo