Esta tela, cuyos colores se conservan en perfecto estado, data de la XVIII dinastía egipcia (1 mil 400-1 mil 300 antes de nuestra era).
La pieza de 29 x 21 cm representa al difunto de perfil, vestido con un taparrabo y sentado en una silla con patas de animal, frente a una pequeña mesa con ofrendas.
Los cuadrados de lino pertenecen a un tipo de textil funerario encontrado en el yacimiento de Deir al Mediné, en el Valle de los Reyes, donde residían durante el Imperio Nuevo una cofradía de artesanos encargados de construir las tumbas de los faraones llamados Amenofis, Tutankamón o Ramsés, señala el experto Christophe Kunicki.
El cuadrado de Piasa “tiene numerosas similitudes con el que está expuesto en el Museo del Louvre, la misma pintura pero un escriba diferente”, agregó Kunicki.
Con respecto a la sorprendente vivacidad de los colores, Annie Gasse, directora de investigaciones del Centro Nacional de Investigaciones Científicas de Francia (CNRS), señala que las piezas del Louvre siempre han tenido colores muy vibrantes.
No hay duda sobre la autenticidad de la pieza: “Tendría que tratarse de un falsificador extremadamente talentoso y que fuera un muy buen egiptólogo, que tendría que haber usado pigmentos muy específicos. Esto parece imposible”, dijo Annie Gasse.
La historia detrás del lino
La preciosa tela fue descubierta por el director y comisario de la Casa Piasa, Henri-Pierre Teissdre, durante un inventario de los bienes de la editora, escritora y abogada Jeanne Loviton, muerta en 1996.
Jeanne Loviton, fue una persona fuera de lo común, amante de algunos de los mas importantes escritores de su tiempo y una de las editoras de Louis-Ferdinand Céline.
Tras haber vivido el frenesí de los locos años 20 junto a su marido, el dramaturgo Pierre Frondaie, Loviton se lanzó a la literatura y firmó varias obras bajo el seudónimo de Jean Voilier.
Por su vida amorosa pasaron el escritor Jean Giraudoux, el poeta y diplomático Saint-John Perse, o el periodista y dramaturgo Curzio Malaparte, pero a quien más marcó fue a Paul Valéry. En 1945, dejó a este poeta por el galerista Robert Denol, misteriosamente asesinado meses más tarde.
La tela fue un regalo del millonario Arthur Sachs, quien la había adquirido en 1927 pensando en dársela a su mujer y acabó regalándosela a Loviton, su amante. Antes, el inventor francés Lucien Lépine la compró cerca de Lúxor y después llegó a la tienda del anticuario parisino Paul Nahon. Antes de ese periodo, el origen del “Ta-nedjem” se pierde en la noche de los tiempos.