Mathers, de 30 años, no admitió ni disputó el cargo de invasión de la privacidad –considerado un delito menor– en el Tribunal Superior del Condado Los Ángeles por el así llamado caso de humillación corporal. Aunque no admitió su culpabilidad, su rechazo a responder los cargos es registrado como condenatorio.
La conejita de Playboy se había disculpado por haber tomado la foto en un club LA Fitness en julio y por haberla publicado en Snapchat con el pie de foto: “Si no puedo dejar de ver esto, entonces ustedes tampoco”.
La publicación iba acompañada de una selfie de Mathers en la que vestía una camiseta sin mangas con una mano sobre su boca como si estuviera horrorizada.
La Playmate del Año 2015 aseveró que su intención fue enviar la foto de manera privada a una amiga y accidentalmente la publicó.
El delito se vio amplificado por la atención que tuvo la fotografía en internet y la repercusión negativa que estalló en el mundo de las redes sociales, las cuales con frecuencia son más rápidas para castigar que para premiar. La que buscó avergonzar rápidamente se convirtió en la avergonzada.
Mathers perdió empleos de modelaje y su trabajo como conductora radiofónica, dijeron sus abogados. Ella se quejó de haber sido amedrentada por internet.
Afuera de la corte, su abogado Thomas Mesereau dijo que su clienta estaba aliviada de haber dejado el caso en el pasado y que estaba agradecida por no haber ido a prisión.
“Ella realmente se disculpa con todo el corazón por lo ocurrido”, señaló. “Nunca pensó que esto resultaría así. Nunca tuvo la intención de lastimar a nadie”.
Mike Feuer, fiscal municipal de Los Ángeles, criticó a Mathers por defenderse “con dientes y uñas” con el fin de evitar sufrir consecuencias legales.
Bajo los términos del acuerdo, la modelo estará en libertad condicional durante tres años.