Según Llally, el perro apareció por primera vez cuando los manifestantes llegaron al pueblo de Caracollo, a 193 kilómetros de La Paz, en la región andina de Oruro (oeste), aunque su acompañamiento era esporádico.
“Desde ahí va caminando con nosotros, pero aparecía y desaparecía. Al llegar a la tranca de La Paz ya estuvo permanentemente en la marcha y no se separó hasta la culminación (de las movilizaciones)”, indicó.
Petardo lleva ese nombre porque, a diferencia de otros perros, no salía corriendo ante los estallidos de petardos y cargas de dinamita escuchados a diario en las protestas callejeras de la delegación de Comcipo en La Paz en las últimas cuatro semanas.
El perro participó en todas las marchas y aguantó junto a los manifestantes el gas lacrimógeno y los chorros de agua a presión con que la policía boliviana les dispersó varias veces, según mostraron medios locales y fotografías compartidas en las redes sociales.
La delegación de Comcipo retornó el jueves a Potosí tras haber fracasado en La Paz en su intento de alcanzar acuerdos con los ministros del presidente Evo Morales sobre 26 demandas de desarrollo para su región. Y con ellos se fue Petardo.
Los líderes cívicos potosinos fueron recibidos en su tierra como héroes por decenas de miles de personas que también se rindieron ante los encantos del perro, vestido con un chaleco rojo y un collar con su nombre grabado en una pequeña placa en forma de hueso.
La fama del animal trascendió en Facebook, donde la página “Petardo: Potosino y Federalista“, creada hace una semana, registra 19 mil 797 “me gusta” y una infinidad de comentarios halagándolo por su lealtad con la causa potosina.
La huelga y los bloqueos de carreteras registrados desde el 6 de julio en Potosí para exigir atención a las demandas de desarrollo regional tuvieron el viernes una pausa de doce horas para que los habitantes de esa ciudad andina puedan abastecerse de alimentos y retiren dinero de los bancos.
También se permitió el paso de centenares de autobuses y camiones que estuvieron parados durante 26 días en la ciudad, aunque hoy se volvieron a activar la huelga y los cortes de rutas.
Los dirigentes de Comcipo se reunirán en las próximas horas para definir nuevas acciones.
Los potosinos exigen plantas hidroeléctricas, tres hospitales, más carreteras, fábricas de vidrio y cemento, un aeropuerto internacional y la preservación del Cerro Rico, deteriorado por la minería, entre otras demandas.
El presidente Morales y sus ministros han descalificado varias veces a los dirigentes potosinos y pusieron en duda su legitimidad asegurando que la protesta es alentada por la derecha boliviana, que busca promover un movimiento federalista.
Esa denuncia fue rechazada por los líderes cívicos que abanderan su lucha contra la pobreza de la región (30 por ciento en la ciudad y 67 por ciento en el campo) como la razón de la huelga general, similar a otra en 2010 que llegó a 19 días.