“Tenemos la declaración de una persona que al estar con su perro en la calle, una señora de 63 años de edad le manifestó su aversión hacia los perros y le dijo que como ella era química, sabía de venenos y había matado a los perros”, informó a la AFP el suprocurador (fiscal investigador) Oscar Montes de Oca.
La mujer, explicó Montes de Oca, ha sido plenamente identificada, vive en un barrio cercano a La Condesa, pero sigue libre porque no ha sido sorprendida colocando trozos de carne envenenados en distintos puntos del Parque México, de los más tradicionales de la ciudad y sitio habitual de paseo canino.
Caroline Owen, cuya perrita Daisy murió envenenada, comentó a la AFP que siempre tuvo el presentimiento de que el responsable es alguien que vive en la zona.
“Espero que de verdad ahora sí hagan algo, tengo mis dudas de cómo han llevado esta investigación”, dijo.
La fiscalía ha recibido la denuncia por la muerte de 11 canes, la mitad de ellos adoptados en refugios, pero según el Frente Ciudadano Pro Derecho Animal serían 18 los animalitos muertos.
Según medios locales, en los videos se observa a una mujer dejando algo en rincones en distintos puntos del parque, pero Montes de Oca rechazó comentar el contenido de las 278 grabaciones en poder de la fiscalía porque forman parte de la investigación.
La identidad o mayores datos de la sospechosa de ser la “mataperros” es celosamente guardada por la fiscalía por temor a que sufra represalias por la ola de enojo de los vecinos de La Condesa, que han salido a manifestar por este caso.
Las necropsias dieron como resultado envenenamiento por fosfuro de zinc, habitualmente encontrado en raticidas de marca comercial, indicó el subprocurador.
Los perros víctimas del veneno presentaron síntomas similares unos 20 minutos después del momento en que sus dueños presumen ingirieron accidentalmente la sustancia: vomitaron, se convulsionaron y finalmente tuvieron paros respiratorios.
La pena contemplada en el código penal de la capital por matar a un animal es de dos a cuatro años de prisión y sería la mitad más en caso de que se hiciera con un método que les haya provocado sufrimiento.
En la hipótesis de que la responsable sea esta mujer de 63 años, Montes de Oca explicó que el juez determinaría si por su edad va a prisión o permanece en arresto domiciliario.