Una intervención quirúrgica que, afirma en una entrevista con Efe, “va a cambiar mucho” su vida: “Vamos a empezar a moverme un poco, levantarme, que es lo que queremos”.
Desde hace meses, Juan Pedro, de 32 años, está sometido a una dieta mediterránea que hace énfasis en las verduras y en las frutas y que le ha ayudado a perder 385 libras antes de la operación.
Además de este cambio en la alimentación -que reconoce que no le ha costado un gran esfuerzo, porque está “acostumbrado” a hacer dieta-, como preparación ha recibido atención psicológica y ha estado haciendo ejercicio con
una bicicleta manual.
“Estoy tranquilo, relajado, motivado para mañana entrar (al quirófano)”, señala Juan Pedro, quien lleva desde el viernes en la capital del estado de Jalisco acompañado de sus padres.
Juan Pedro echa mano de su fe para confiar en que “todo va a ir bien”: “Aquí tengo el rosario, ahorita estaba rezando y es lo que me acompaña”.
A esta primera operación, que durará aproximadamente 20 minutos, el próximo mes de noviembre se someterá a otro by-pass en los intestinos para que su digestión sea más rápida.
Todo ello con el objetivo de llegar al peso que tiene en mente, 264 libras, con el que podría volver a realizar aquellas aficiones que echa de menos, como manejar, la música (toca la guitarra, el bajo y el teclado) e incluso trabajar.
Juan Pedro está “echándole ganas”, aunque a su vez sabe que tiene que cargarse de paciencia, porque el proceso de recuperación y adaptación va a requerir tiempo.
“Tenemos que estar pacientes, tranquilos, para que todo salga bien”, sentencia el mexicano.