El hombre “se dejaba crecer la barba desde 2010”, mientras que su mujer “llevaba un velo y un burka”, unas prácticas castigadas por las autoridades regionales, indicó el periódico. Se acusaba a la pareja de “avivar conflictos y provocar disturbios”.
Esa sentencia “es inaceptable y absurda”, denunció Dilxat Rashit, portavoz del Congreso Mundial Uigur, una organización de defensa de esta minoría.
Según él, se trata de un caso “típico de la persecución política” que sufren los uigures, musulmanes turcófonos que forman la primera etnia en Xinjiang.
Las autoridades locales llevan a cabo una extensa campaña contra el velo y la barba en esa región, escenario de atentados y enfrentamientos mortíferos que Pekín atribuye siempre a “separatistas” y “extremistas religiosos”.
Un responsable de Kashgar se negó a confirmar las informaciones publicadas por el diario chino, que aparecía parcialmente censurado este lunes en internet.
El caso seguía, no obstante, alimentando las conversaciones en las redes sociales chinas, donde algunos internautas se hacían preguntas sobre la verdadera eficacia de ese tipo de prohibiciones.
“¿A cuántos años de cárcel habrían condenado a Marx?, pregunta irónicamente un internauta, en referencia al filósofo de larga barba hirsuta, figura clave para el régimen comunista.