“Yo no soy gente mala, siempre estaban contra mí mis suegros, todos estaban contra mí y pues yo sabía que no le había hecho nada a mi esposa”, recuerda Yiovanni.
“Toda la gente decía que yo me veía de esta manera, que me veía como gente mala, me sentía derrotado, con el corazón partido porque yo no encontraba a mi esposa”, añadió y recuerda que estaba desesperado por saber lo que había sucedido, salía con los detectives para acompañarlos en las indagaciones.
Ante la falta de resultados positivos la policía lo interrogó en varias ocasiones.
Además, asegura que les mencionó a las autoridades que Marlen “había tenido un trato por una carreola”, refiriéndose a las que después serían encontradas como las presuntas asesinas.
Las sospechas condujeron a la verdad y el 14 de mayo encontraron el cuerpo de Marlen en la casa de Clarisa y Desiree Figueroa, quienes cometieron un horrendo crimen con la ayuda de Pitr Bobak.
Los policías “me explicaron que ella murió estrangulada, que fue de una manera muy terrible, que estaba sentada viendo unas fotos de la señora de su hijo que supuestamente había fallecido y que la señora la agarró descuidada y la ahorcó con un cable”, relata el esposo de la víctima.
“Dijeron que ella ya conocía esa casa porque había ido una vez, en la que le regalaron ropa y un columpito para niño. Recuerdo que fue así porque llegó con esas cosas a la casa”, añade.
Corazón noble
A pesar de la manera tan cruel como mataron a su esposa y que su hijo se debate entre la vida y la muerte, Yiovanni asegura que no juzgaría a los acusados ni les desea el mal.
“Ojalá y se arrepientan un día de su vida de todas las maldades que han hecho”, indicó con voz temblorosa, pero resaltó que ninguna explicación podría sanar su corazón.
El amor de su vida
López perdió a su alma gemela, pero recuerda con una sonrisa en el rostro uno de los momentos más especiales que vivió con Marlen.
“Compré un buen traje, un oso grande y unas rosas. Pues allí voy el domingo a invitarla con las rosas y el osote”, asegura sobre el momento en el que le declaró sus sentimientos.
Un amor a primera vista, ya que afirma que desde que la vio se propuso que quería que fuera su novia, el tiempo pasó y después contrajeron matrimonio para formar una familia.
Yiovanni tiene presente lo que le dijo a su compañera de vida la última vez que la vio.
“La abracé, le dije te amo con todo mi corazón y la besé”, recuerda con ilusión, una ilusión que se opaca en su rostro al recordar que en esta vida terrenal no la podrá volver a ver jamás.
La única esperanza es que su hijo Yadiel pueda sobrevivir, el pequeño no tiene actividad cerebral, según le dijeron Yiovanni los médicos el bebé luchó por una hora para sobrevivir.
El atormentado padre, tiene fe de que poco a poco el niño se recupere ya que de no conseguirlo siente que no podrá soportar más dolor en su corazón.
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