Gaza fue escenario la semana pasada de los primeros enfrentamientos armados directos entre Israel y Hamas desde la guerra del 2014, lo que aviva el temor a un nuevo conflicto.
La presencia de yihadistas es uno de los ingredientes de un cóctel explosivo, alimentado asimismo por la miseria, el bloqueo y las divisiones internas. Una presión que podría desembocar en la cuarta guerra desde el 2008.
En el pasado, Hamás reprimió duramente a los yihadistas que amenazaban su autoridad: destruyó sus mezquitas y eliminó a sus líderes.
Los jefes salafistas yihadistas afirman contar con tres mil militantes, una cifra que no se ha podido verificar.
Según el politólogo Asaad Abu Sharaj, “algunos grupos utilizan el calificativo de Estado Islámico y reivindican la ideología yihadista para atraer a jóvenes todavía adolescentes y sin esperanza” en Gaza, donde el índice de desempleo roza el 45%.
El territorio se encuentra bajo bloqueo israelí desde el 2006. Ese año Hamas ganó las legislativas palestinas pero fue privado de su victoria. Posteriormente se apoderó por la fuerza del territorio.
Algunos integrantes del brazo armado de Hamás estimaban que la participación en las elecciones quebrantaba el islam, por lo que abandonaron el movimiento y fundaron grupos yihadistas.
Fue el caso de Abu al-Ina al-Ansari, uno de los jefes de los “jóvenes salafistas combatientes”, uno de los principales grupos yihadistas gazatíes.
“La prioridad -explica- es el combate contra los judíos en Palestina, aunque el objetivo estratégico sea la instauración de la ley islámica en el mundo”, declara en un encuentro con la AFP para el que toma muchas precauciones porque se siente vigilado.
Según él, 200 gazatíes, algunos de ellos de su movimiento, se unieron a las filas del EI “pese a los intentos de Hamás por impedírselo”.
La mayoría utilizaron túneles que unen Gaza y Egipto. Otros aprovecharon las aperturas, con cuentagotas, de la frontera egipcia.
Una “enorme explosión”
Egipto acusa a Hamás de apoyar a la insurrección yihadista que ensangrienta el Sinaí, colindante con Gaza. Destruyó cientos de túneles y creó una zona tapón en la frontera.
Por delante de Siria, Libia o Irak, el verdadero enemigo es Israel, afirma Abu Sayaf, comandante militar de otro movimiento salafista. “Nuestra prioridad por el momento es reforzar las capacidades militares de los combatientes para matar a los judíos, enemigos de Dios”, dijo.
La presencia de yihadistas es uno de los ingredientes de un cóctel explosivo, alimentado asimismo por la miseria, el bloqueo y las divisiones internas. Una presión que podría desembocar en la cuarta guerra desde el 2008.
“No queremos un enfrentamiento con Hamás”, pero no dudaremos en combatir a “cualquiera que se ponga delante de nuestros combatientes”, añadió.
El año pasado, Hamás llegó a un acuerdo con los yihadistas. A cambio de la liberación de unos cien encarcelados, los grupos aceptaron respetar la tregua con Israel y no atacar a las instituciones palestinas o extranjeras.
Con cierta frecuencia, algunos grupos disparan cohetes a Israel, lo que provoca represalias israelíes y deja malparado el alto el fuego que Hamas considera conveniente respetar, al menos por el momento.
Los expertos no descartan enfrentamientos armados entre Hamas y los yihadistas si los disparos de cohetes prosiguen.
Los salafistas yihadistas amenazan a Hamás en videos colgados en internet. Algunos reivindicaron disparos de obuses.
“Hemos respetado nuestros compromisos pero Hamas no lo ha hecho, ha detenido de nuevo a algunos de nuestros combatientes”, asegura Abu al Ina.
Mahmud Zahar, un dirigente de Hamás, asegura que las autoridades intentan “hacer entrar en razón” a los salafistas encarcelados, pero se ven obligadas a emplear la fuerza frente a las agresiones.
Algunos yihadistas “planeaban matar a sus vecinos”, acusa Zahar. Si Hamas no hubiera intervenido se habría producido “una enorme explosión”, dice.
Sobre sus vínculos con el EI, Abu al-Ina al-Ansari afirma que se trata “de un intercambio de ideas pero no son organizativos”.
Sin embargo “hacemos nuestro el mensaje claro transmitido por el EI al Occidente impío: Detengan los ataques, pararemos los ataques”.