Internacional

Wuhan vive su primer día de libertad condicional luego de cuarentena por el coronavirus

Wuhan, la ciudad China, foco original de la pandemia del coronavirus, levantó la cuarentena luego de dos meses y medio y la vida regresa poco a poco a la normalidad, aunque con medidas de precaución.

El bloqueo para la locomoción en esa ciudad comenzó el 23 de enero 2020 y este miércoles 8 de abril sus 11 millones de habitantes volvieron a las calles.

ElPaís.com informó que después de un espectáculo de luces, y con las campanadas de medianoche, fueron retiradas entre gritos de júbilo las barreras que mantenían bloqueadas las autopistas.

En las primeras siete horas de haber habilitado de nuevo las autopistas, por la ruta hacia la provincia de Anhui, en el este, habían circulado 970 vehículos, informó el subdirector de Tráfico del distrito, Yan Xiangsheng.

Añadió que este número de automotores es muy inferior a lo que es habitualmente, ya que diariamente por la autopista cruzaban en el peaje de acceso a Wuhan cerca de 40 mil vehículos en ambos sentidos.

Según estimaciones, este miércoles abandonarían la ciudad unas 50 mil personas en tren y 10 mil en avión.

Largas filas de pasajeros

Mientras que en la estación de Hankou —una de las dos principales de esta gran ciudad del centro de China, paso clave de transporte para el país—, ya se acumulaban largas filas de pasajeros, a la espera de que partieran los primeros trenes que llevarían viajeros de Wuhan hacia el resto de China.

ElPaís.com añade que muchos de los pasajeros que se movilizaban con  grandes bolsas de pertenencias, cajas pesadas y ropa gastada eran trabajadores migrantes, que regresaron a la provincia de Hubei —de la que Wuhan es capital— para pasar las vacaciones de Año Nuevo lunar con su familia.

Estos viajeros estaban atrapados desde enero en Wuhan por la cuarentena por el covd-19.

Regresan a sus provincias

Entre los viajeros estaban personas identificadas únicamente como Shen, un hombre vestido de negro y con mascarilla quirúrgica que regresaba a su provincia de Anhui, en el este de China.

También Luo, un divorciado que entró hace una semana a Wuhan para ver a su hijo y encontró que no podía salir hasta que no se abriera la ciudad. Las tres últimas noches durmió en la estación de Wuhan para ahorrar dinero y a la espera de poder marcharse.

“Si no me puedo ir en los próximos días, tendré que empezar a pedir prestado”, cuenta desde el banco que le servía de cama. Mientras habla, lo rodea un grupo de personas en una situación parecida, desesperadas por conseguir un tique que les permita partir.

Aunque la ciudad está volviendo a la normalidad, no es tan fácil movilizarse como parece , ya que para entrar en la estación de Hankou —donde un robot rocía con desinfectante a los viajeros y les recuerda la importancia de llevar mascarilla— es necesario mostrar el “código verde”, una aplicación de móvil que acredita que el portador está libre del virus.

Para destinos como Pekín, que cada vez se blinda con más medidas frente a posibles contagios externos, se debe pedir una autorización por internet, pero el interesado debe someterse a una prueba doble de coronavirus.

Solo mil personas por día podrán viajar desde Wuhan a la capital, para prevenir contagios y una nueva ciarentena.

El aeropuerto de Tianhe, el de Wuhan, también fue abierto con un avión que despegó hacia la isla tropical china de Hainan, solo operan los vuelos nacionales. Los internacionales permanecen suspendidos por el cierre de fronteras de China a los extranjeros.

Estas son medidas implementadas por las autoridades para evitar nuevos casos importados de la enfermedad que ha infectado en China a casi 82 mil personas y ha matado a más de tres mil 200, según las cifras oficiales que muchos en Wuhan creen demasiado conservadoras.

 

ESCRITO POR:

Óscar García

Periodista de Prensa Libre especializado en periodismo comunitario e historias humanas con 12 años de experiencia.