Pinzón subrayó que no se ha detectado “marea roja” (proliferación de microalgas) en el área que pudiese haber afectado a los mamíferos marinos, de los cuales murieron diez. No obstante, no se descarta que haya una posible contaminación por bacterias o virus.
Los delfines aparecieron el miércoles recién pasado varados a la Playa Ostonal, en el distrito de Tonosí, a 340 kilómetros al suroeste de la capital.
La Autoridad de los Recursos Acuáticos de Panamá informó en un comunicado de que al menos 25 fueron devueltos al mar por funcionarios de varios organismo oficiales que se encuentran en el lugar.
Por su parte, la veterinaria Lissette Trejos, del Ministerio del Ambiente, dijo que no se descarta que el fenómeno registrado el miércoles recién pasado haya sido provocado por ondas acústicas o magnéticas, generadas por sismos, que desconcertaron a los cetáceos de la especie conocida como Stenos o dientes rugosos.
Los animales varados tenían sus estómagos vacíos, mientras su condición corporal era bastante buena, según los análisis realizados, indicó Trejos. Se estima que los delfines dejaron de comer hace dos días, pero ello no provocó el varamiento.
Las autoridades prosiguen las investigaciones para determinar si hubo otras causas del varamiento.