El vehículo, que quedó semidestruido, es prueba de la furia del rinoceronte, cuyos motivos para atacar al cuidador aún son desconocidos.
A pesar del ataque, los administradores del Parque Serengeti, en Alemania, aseguraron que el animal no representa ningún peligro para los visitantes, ya que este sólo es sacado de su jaula cuando el zafari está cerrado.
La furia repentina de los rinocerontes contra los vehículos ya había sido registrada en agosto del 2018, cuando uno de estos enormes animales atacó a una familia dentro de su auto en un zoológico de Puebla, México.
Los encargados explicaron entonces que se trataba de una hembra en celo y que el vehículo se había acercado demasiado a ella.