Quince de los 19 autores de los ataques eran saudíes. El proyecto de ley, rechazado por Riad, debe ser todavía sancionado por el presidente estadounidense Barack Obama, quien ya había expresado su oposición a tal medida, puesto que contradice el principio de inmunidad.
Militares, congresistas y funcionarios de Washington recordaron el viernes con minutos de silencio los atentados del 11 de septiembre de 2001 que golpearon a la ciudad de Nueva York, al Pentágono y sumieron en el pánico el centro de poder estadounidense.
Los empleados del Pentágono se reunieron en el patio central del gigantesco complejo del Departamento de Defensa para conmemorar a los fallecidos en el ataque contra el edificio el 11 de septiembre de 2001.
El impacto del vuelo 77 de American Airlines causó la muerte de 184 personas, la mayor parte empleados del Departamento de Defensa con oficinas en la cara oeste del Pentágono.
El subsecretario de Defensa, Bob Work, recordó el “coraje” y “espíritu de servicio” de los empleados de Defensa, que pese a perder a compañeros comenzaron inmediatamente a trabajar ante lo que rápidamente quedó claro que era el mayor ataque contra territorio estadounidense.
Jeff Davis, uno de los portavoces del Pentágono, recordó como sus compañeros organizaron una rueda de prensa mientras partes del edificio aún estaban en llamas y se siguió trabajando pese al trauma del atentado, ante lo que consideraron desde un comienzo como una declaración de guerra por parte de los terroristas.
“Con el edificio en llamas, los pasillos llenos de humo y con supervivientes y víctimas aún siendo arrastrados fuera de los escombros, los miembros de la oficina del secretario de Defensa (…) realizaron una importante rueda de prensa para demostrar que estábamos operativos, que las Fuerzas Armadas estaban funcionando y que nuestro país estaba listo para la guerra”, indicó Davis.
Al otro lado del río Potomac, en el Departamento de Justicia, la fiscal general, Loretta Lynch, lideró un minuto de silenció y luego inauguró una placa en honor a las víctimas de los ataques terroristas.
“Este domingo se cumplirá el quince aniversario en el que nuestro mundo cambió para siempre. El 11 de septiembre de 2001 amaneció claro y brillante, pero pronto se vio turbado por el horror del ataque terrorista más mortífero jamás perpetrado en suelo estadounidense”, rememoró la procuradora.
“En un campo cerca de Shanksville (Pensilvania), en el World Trade Center, en Manhattan, y en el Pentágono, justo al otro lado del Potomac desde donde nos encontramos, cerca de 3.000 personas inocentes, incluidos más de 70 miembros de la familia de las fuerzas del orden, fueron asesinadas en un espantoso acto de malicia y odio”, recordó la fiscal general.
La placa fue colocada en un peral plantado frente al Departamento de Justicia procedente de un esqueje del llamado “árbol sobreviviente”, por haber sido encontrado en la “zona cero”de los atentados, en Nueva York, medio quemado y con las ramas rotas.
También en las escalinatas del Capitolio, congresistas y senadores marcaron con un minuto de silencio y rezaron para recordar los atentados del Pentágono, las Torres Gemelas de Nueva York y de Shanksville, donde se estrelló un avión que había sido desviado de su ruta por los terroristas del 11 de septiembre.
El presidente de la Cámara de Representantes, Paul Ryan, dijo que los que fueron testigos de aquel día, cargan con ellos “el peso” de aquella tragedia nacional.