“Todavía podríamos tener una vacuna para finales de este año o principios del próximo”, dijo el director ejecutivo del grupo, Pascal Soriot, en una conferencia en línea, precisando que dependerá de la rapidez con que los reguladores autoricen la reanudación de las pruebas.
El proyecto de Oxford-AstraZeneca, uno de los proyectos en estado más avanzado y que despierta grandes expectativas, vio sus ensayos clínicos interrumpidos el martes debido a la enfermedad por ahora “inexplicada” de un participante.
Se está analizando ahora si esto puede corresponder a un efecto secundario de la vacuna y las autoridades reguladoras no autorizarán la reanudación de la investigación hasta que no se haya descartado.
AstraZeneca reconoció el miércoles que ya se había producido una interrupción hace unos meses por un caso similar, pero los ensayos pudieron reanudarse con bastante rapidez.
“En AstraZeneca ponemos la ciencia, la seguridad y los intereses de la sociedad en el centro de nuestro trabajo. Esta pausa temporal es la prueba de que seguimos esos principios, mientras un único caso en uno de nuestros centros de ensayo es evaluado por un comité de expertos independientes”, afirmó Soriot.
“Ese comité nos guiará en cuanto a la fecha en que los ensayos podrían reiniciarse, para que podamos continuar nuestro trabajo lo antes posible”, agregó.