“La Casa Blanca ha estado en estado de confinamiento a causa de una potencial violación del espacio aéreo en la región de la capital federal”, explicó un portavoz de los servicios de protección presidencial.
El comandante Andrew Hennessy, representante del Mando Norteamericano de Defensa Aeroespacial (NORAD), dijo que un rastro había aparecido en los radares a primera hora del martes, provocando preocupación.
“Algo que emitió una huella que nuestro radar registró” encendió la alarma, explicó.
La Fuerza Aérea de Estados Unidos movilizó aviones de combate y un helicóptero desplegado por el NORAD para investigar lo que parecía ser un avión no identificado no encontró nada en la zona restringida.
“No había aeronave que interceptar”, dijo Hennessy, que no quiso especular sobre si había sido una bandada de pájaros la que había detonado la alerta.
Hennessy también calificó de incorrecto un mensaje publicado en Twitter por el Norad horas antes en el que se afirmaba que se habían desplegado cazas para interceptar la amenaza.
Esos aviones eran parte de un ejercicio previsto en la zona, precisó.
La alerta se activó el mismo día en que Donald Trump participó en el evento oficial de Acción de Gracias donde todos los años, el presidente de Estados Unidos, perdona a un pavo.
And your 2019 National Thanksgiving Turkey is…
BUTTER!
He and his alternate, Bread, will be heading to @virginia_tech's Gobblers Rest where students and veterinarians will care for them! 🦃 pic.twitter.com/T0Dr0WBIe6
— The White House (@WhiteHouse) November 26, 2019
Las restricciones para entrar en el espacio aéreo de la capital estadounidense se endurecieron tras los ataques del 11 de septiembre de 2001 en Nueva York y Washington, en los que murieron cerca de 3 mil personas.
Yihadistas de la red Al Qaida secuestraron aquel día cuatros aviones. Dos los estrellaron contra las Torres Gemelas de Nueva York, un tercero contra el Pentágono, en los suburbios de Washington. El último cayó en un campo de Pensilvania cuando se dirigía, con toda probabilidad, hacia la Casa Blanca o el Congreso.
Desde entonces, baterías antimisiles y aviones de combate vigilan la capital estadounidense. Aunque algunas veces se les pasa alguna alerta.
Aunque horas después, aún se desconocía qué había provocado la alerta de este 26 de noviembre, las autoridades estadounidenses siguieron todos los procedimientos para evitar una tragedia similar al del 9/11.
*Con información de AFP