Captagón, basado en la anfetamina fenetilina, un estimulante sintético, es una droga muy popular en Oriente Medio, y es producida en Siria.
Se considera que esta droga es utilizada por algunos de los contendientes en la guerra civil de Siria, ya que mantiene despiertos a los combatientes y les suministra una energía suplementaria.
Un ciudadano sirio y dos turcos fueron detenidos, y son considerados sospechosos de haber organizado el tráfico de esta sustancia, según la misma fuente.
El Captagón es considerado por la Oficina de la ONU contra las Drogas y el Crimen como una “anfetamina del tipo estimulante” que contiene una mezcla de anfetamina, cafeína y otras sustancias.
Según han sabido los servicios de inteligencia, el consumo de Captagón por parte de miembros del Estado Islámico, Frente Al Nusra y el Ejército Sirio Libre es cada vez más frecuente, y se cree que cuando cometen atentados podrían estar bajo la influencia de esta droga.
Así se comprobó en el atentado en Túnez en junio pasado donde murieron 38 personas.
Esta anfetamina tendría un costo de entre 5 y 20 dólares la dosis, según información del diario español El Mundo, y pese a que en sus inicios fue un medicamento geriátrico y pediátrico, con los años aumentó su utilización masiva entre jóvenes árabes y saudíes, quienes cayeron en su adicción.
Pero con los años se convirtió en la llamada “droga de los yihadistas”, hasta el punto que Siria se convirtió en primer productor y los milicianos que luchan en la “guerra santa”, en sus principales consumidores.
El Captagón suele utilizarse vía oral, pero también puede inyectarse.
El psiquiatra francés experto en adicciones, Dan Velea, ha señalado a la prensa gala que “es un estimulante que genera una ausencia de dolor y de empatía”.
“Aunque en la mayoría de los casos se consume en forma de comprimidos, también se puede inyectar por vía intravenosa. En ese caso el resultado final se multiplica y es más rápido”.