Hillary Clinton, que espera convertirse en la primera mujer en ocupar el Salón Oval, debe hacer frente a la tenacidad del senador por Vermont, Bernie Sanders, quien se autodefine como un socialista democrático.
La exsecretaria de Estado y actual senadora por Nueva York apuesta a aumentar su ventaja sobre Sanders en número de delegados en las primarias que se desarrollarán en Connecticut, Delaware, Maryland, Pensilvania y Rhode Island para poder estar segura de quedarse con la investidura de su partido.
Segura de poder hacerlo, Clinton ya reorientó su campaña hacia la elección de noviembre, centrando sus ataques no más en su rival interno sino en Donald Trump y el otro fuerte aspirante republicano, el ultraconservador senador por Texas, Ted Cruz.
Sus asesores comenzaron a su vez negociaciones para designar al candidato a vicepresidente, de acuerdo con lo informado este domingo por el diario The New York Times.
Una lista de 15 a 20 nombres está en preparación, agrega el cotidiano, para el cual no debería descartarse la posibilidad de una fórmula enteramente femenina.
Si la exprimera dama gana el martes en los cinco estados, como lo prevén los sondeos, Bernie Sanders se vería sometido a intensas presiones para que abandone la carrera.
Connecticut, Delaware, Maryland, Pensilvania y Rhode Island celebrarán primarias el martes.
Pero Sanders no parece encaminarse en esa dirección.
“No voy a decirles que será fácil, pero pienso que tenemos una (posibilidad). Los sondeos parecen indicar que en numerosos estados que vendrán (…) tenemos posibilidades reales de ganar”, dijo el senador a CNN.
Para el profesor Terry Madonna, del Franklin and Marshall College de Pensilvania, Sanders da pruebas de “obstinación”, tal vez para poder expresarse ante la convención demócrata de julio en Filadelfia, estado de Pensilvania.
Sin embargo, la cuestión se ha reducido a saber cuándo Clinton podrá “llegar al número mágico” de delegados que se necesitan para obtener la nominación: dos mil 383. Hoy cuenta con mil 941.
Simple mayoría descartada
Del lado de los republicanos la situación es más problemática, ya que ninguno de los dos candidatos parece en condiciones de alcanzar una mayoría absoluta de delegados (mil 237) en la convención partidaria de julio en Cleveland (Ohio).
Donald Trump dispone de una amplia ventaja, pero su populismo molesta a una franja del partido que querría bloquear su candidatura en la convención.
Los responsables de la campaña del magnate están cada vez más conscientes de que Trump deberá hacer todo lo posible por superar los mil 237 delegados y no contentarse con arribar a Cleveland con una mayoría relativa, por más holgada que sea.
“No vamos a dar la investidura a alguien que tenga una simple mayoría relativa, aunque esté cerca de los mil 237”, declaró el viernes Reince Priebus, presidente del comité nacional republicano, ante delegados partidarios en Florida.
“Casi no es suficiente”, agregó, dirigiéndose implícitamente a Trump, que acusó al sistema de designación de delegados de haber sido manipulado en su contra.
Sin embargo, Priebus también criticó a sus compañeros de partido que afirman que no respaldarán a Trump aunque gane la investidura republicana.
Paul Manafort, nuevo hombre fuerte de la campaña del multimillonario hombre de negocios y especialista en el proceso de primarias, dijo a los delegados en Florida que Trump va a ingresar en una nueva etapa, más profesional.
“Está evolucionando hacia una fase que nosotros esperábamos pero para la cual él no estaba preparado”, destacó Manafort, que está intentando calmar al establishment republicano, contra el cual el precandidato ha lanzado ataques en varias oportunidades.
La misión de Manafort es clara: convencer a todo el mundo de que el Trump de los actos públicos era sólo un personaje fabricado para atraer a los electores frustrados.
“Donald está diciéndonos ahora que nos mintió”, terció este viernes en CNN Ted Cruz.
Convencido de que “nadie” llegará a la convención con mayoría absoluta, Cruz aspira a ganarle a su rival en la segunda vuelta de la votación en Cleveland, cuando los delegados queden libres de pronunciarse por quien lo deseen.
De acuerdo al profesor Madonna, a Trump le faltarían entre 25 y cien delegados para alcanzar el número crucial de delegados al término del proceso de primarias, el 7 de junio.