Ese malabarismo entre la distensión con Rusia y el respaldo a la línea dura de la OTAN contra las supuestas amenazas de Moscú marcará el viaje de Trump, que se produce un mes después de que sus tensiones con aliados tradicionales como la EU y Canadá quedaran patentes en la cumbre del G7.
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Las amenazas de Trump
Los aranceles del presidente de EE.UU al acero y al aluminio han desatado un enfrentamiento comercial con esas partes y dicha tensión promete mezclarse con la generada por la insistencia del presidente Donald Trump en que todos los miembros de la OTAN aporten al menos el 2% de su Producto Interno Bruto (PIB) a la defensa común.
El mes pasado Trump envió cartas a varios líderes de Estaos miembros de la OTAN, como Alemania, España y Canadá, en las que exigía que aumentaran sus partidas para la Alianza y adevertía de que la situación actual “ya no es sostenible”, según el medio estadounidense “The New -York Times”.
Los aliados europeos están preocupados por los rumores de la retirada de los 35 mil soldados estadounidenses destinados en Alemania, aunque la embajadadora de ese país – EE. UU. – Kay Bailey Hutchison aseguró que no está al tanto de ingún plan.
La agenda
El miércoles en Bruselas, Trump se reunirá con el secretario general de la Alianza Atlántica, Jens Stoltenberg, antes de participar en la cumbre.
El jueves se desplazará a Londres junto a su esposa, Melania, donde asistirán a una cena de gala junto a la primera ministra británica, Theresa May.
Un día después visitará el castillo de Windsor a la reina Isable II , y durante el fin de semana estará en Escocia, donde se espera que juegue golf, además de prepararse para su cumbre con Putin en Helsinki.
A la expectativa
Se espera que Trump converse sobre Siria y Ucrania, y la presunta injerencia rusa en las elecciones que le dieron la victoria en 2016, un tema sobre el que el presidente estadounidesne se ha mostrado escéptico y que ha motivado en EE.UU. una investigación federal sobre los lazos entre su entorno y Moscú.
De su interés: Para la OTAN es inaceptable que Rusia haya ifluido en elecciones de EE.UU.
También hablarán posiblemente sobre renovar o no durante cinco años más el tratado New START de reducción de armas nucleares que explira en febrero de 2021.
El embajador de EE. UU. en Moscú no descartó que la cumbre pueda cerrarse con “algún acuerdo concreto”, pero el objetivo principal es que Trump y Putin se conozcan mejor.
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