Todos los ojos están puestos en el pequeño estado rural en el centro de Estados Unidos, en el que 12 aspirantes republicanos y tres demócratas, incluyendo Hillary Clinton, buscarán el lunes los primeros puntos de las primarias, antes de las siguientes paradas en New Hampshire, Carolina del Sur y Nevada.
Normalmente los candidatos se pelean por participar en los debates, pero Trump, que ha dirigido una exitosa campaña defenestrando del “establishment” político, volvió a romper el libreto electoral anulando su participación.
Detrás de su decisión está su disputa con Fox News, la cadena favorita de los conservadores, que organiza el debate. Trump acusa de parcialidad al canal y a su presentadora Megyn Kelly.
“El debate de esta noche será un desastre total, baja audiencia y las tarifas de publicidad cayendo como rocas”, escribió en su cuenta de Twitter el empresario.
“Espero que CNN tenga suficiente ancho de banda esta noche, porque no mucha gente estará viendo FOX News”, añadió el magnate y líder de los sondeos entre los Republicanos.
Siete candidatos sí participarán: Ted Cruz, Marco Rubio, Ben Carson, Jeb Bush, Chris Christie, John Kasich y Rand Paul.
Los seis primeros debates republicanos atrajeron entre 11 y 25 millones de teleespectadores, según la firma Nielsen, un nivel extraordinario para las elecciones que muy probablemente responde a la presencia de Trump, el populista de estilo bombástico y afirmaciones polémicas. El primer debate, en Fox News, atrajo 25 millones de personas.
Trump saldrá a escena a las 20 hora local del viernes, a la hora exacta del debate, que será difundido exclusivamente por Fox News.
Largas filas de personas se formaban desde la tarde para ver a Trump, según CNN, y contingentes de periodistas estadounidenses y extranjeros estaban instalados para transmitir el evento, cuyos beneficios serán destinados a organizaciones a favor de veteranos de guerra.
Para mayor espectáculo, sus rivales en la carrera republicana Mike Huckabee y Rick Santorum, quienes languidecen en los sondeos y participarán en un debate previo al show principal, anunciaron que se unirán a Trump en su evento para veteranos.
“No es un apoyo a la candidatura de Donald Trump” , aclaró Huckabee.
Cruz en el centro
El retiro de Trump hará del centro del debate de este jueves al senador Ted Cruz, quien marcha cinco puntos por detrás del magnate, según un promedio realizado por RealClearPolitics de recientes encuestas de Iowa.
Cruz, que recibió el apoyo de los líderes del movimiento evangélico, un grupo crucial en Iowa – en el 2012 seis de cada diez electores en el estado era de esa denominación religiosa -, insiste en poder ganar la primaria.
Su equipo asegura contar con una monumental fuerza de movilización de unos 12 mil voluntarios y empleados en todo el estado.
Poco se sabe de la capacidad del equipo de Trump para llevar votos a los “caucus”, las reuniones electorales que deciden la primaria en Iowa. El empresario ha evitado los agotadores encuentros cara a cara con los electores, prefiriendo hablar desde una tarima.
Trump es aún el favorito de los Republicanos a nivel nacional. Según un sondeo de CNN/ORC, Trump tiene el 41% contra 19% de Cruz; dos tercios de los republicanos dicen que creen que el millonario obtendrá la nominación del partido a las presidenciales de noviembre.
“Teatro”
Cruz no perdió la oportunidad de ironizar con el “miedo” de Trump por la presencia de Kelly, y lo retó públicamente a un duelo televisado.
Por su parte, el senador Marco Rubio fustigó el “teatro” de Trump y Cruz, y consideró que el debate era importante para exponer sus ideas.
En tanto, Carson comentó que en realidad el retiro de Trump no tenía “mucha importancia”, mientras el senador Rand Paul se alegró de no tener que estar cerca de Trump en la noche de este jueves.
Los analistas se mantienen fascinados por el inesperado drama: el último candidato importante en ausentarse del debate pre-Iowa fue Ronald Reagan en 1980.
“Wow. Qué partida de ajedrez” , dijo Steffen Schmidt, profesor de ciencias políticas de la Universidad del estado de Iowa.
Pero el veterano observador electoral indicó que cree que los conservadores de Iowa estaban “furiosos” por la decisión de Trump.