“Esto es una vergüenza”, dijo, “y deberían actuar contra esta fiscal general”.
El comentario en el que se instaba a “actuar contra” una alta funcionaria electa en Nueva York, hecho por un expresidente cuyas invectivas se han convertido en un telón de fondo familiar de la vida estadounidense, fue parte de un patrón de lenguaje cada vez más mordaz por parte de Trump.
Unos días previos, ante cientos de activistas republicanos en California, dijo que había que dispararles a los ladrones. Poco antes, insinuó que el general militar que él mismo nombró jefe del Estado Mayor Conjunto debería ser ejecutado por traición.
Desde que se convirtió en candidato político en la carrera presidencial de 2016, Trump ha glorificado la violencia, como cuando sugirió que quería golpear a un manifestante y ofreció pagar los gastos legales si sus seguidores golpeaban a los manifestantes en sus mítines. Pero dado que Trump ha sido acusado cuatro veces en cuatro jurisdicciones en los últimos cinco meses, y ahora se enfrenta a un juicio por fraude civil en Nueva York, su discurso violento se ha intensificado.
Los comentarios públicos de Trump, ya sea en internet, en entrevistas o en mítines, siempre han tenido el potencial de producir efectos incendiarios. Varios de los acusados procesados por el ataque al Capitolio del 6 de enero de 2021 dijeron que creían que actuaban siguiendo órdenes de Trump.
Parte de lo que ha cambiado es que sus comentarios violentos se producen ahora en un momento en el que las acusaciones ya han avivado la ira entre sus seguidores y en el que han aumentado los ataques contra instituciones, jueces y fiscales en todo el país. El fiscal especial, Jack Smith, le pidió una orden de mordaza limitada al juez federal que supervisa el caso en el que Trump fue acusado de intentar socavar el proceso democrático en 2020 debido a sus declaraciones amenazantes contra testigos, fiscales y otras personas.
En un comunicado, el vocero de Trump, Steven Cheung, no se disculpó: “El presidente Trump dice la verdad y dice las cosas como las ve. Presentó la propuesta política más transparente de cualquier campaña y los votantes sabrán por quién están votando: ¡alguien que hará a Estados Unidos grandioso de nuevo!”.
El martes, Trump recibió la orden de no hablar sobre el caso de Nueva York, después de que envió un correo electrónico de campaña con largos ataques contra el juez Arthur Engoron, que preside el juicio por fraude civil, además de una publicación en su propia red social en la que atacaba al secretario del juez. En la sala del juzgado, el juez afirmó que le había ordenado a Trump borrar el mensaje y Trump lo hizo.
Toda orden en que pida guardar silencio a Trump será legalmente restrictiva como pocas veces ha experimentado. Pero en el ámbito político, donde cada vez más trata de centrar la atención en los casos, las órdenes de mordaza solo pueden aumentar el atractivo de Trump entre sus fanáticos: el expresidente, que afirma ser víctima de una persecución política, está encontrando un público receptivo a su lenguaje cada vez más amenazante en sus actos de campaña. Trump siempre ha aderezado sus frases más afiladas con humor, lo cual puede tener un efecto suavizador, un patrón que ha continuado con sus recientes apariciones.
En la convención del Partido Republicano celebrada en California la semana pasada, Trump se burló de Paul Pelosi, el marido de la representante Nancy Pelosi, expresidenta de la Cámara de Representantes. El año pasado, Paul Pelosi fue atacado brutalmente en su casa por un hombre, el cual estaba motivado por las teorías conspirativas de la derecha y empuñaba un martillo. “Nos enfrentaremos a la loca Nancy Pelosi, que arruinó San Francisco”, dijo Trump, antes de hacer una pausa y mirar a la multitud.
“Por cierto, ¿alguien sabe cómo está su marido?”, preguntó, lo que provocó risas y algunos aplausos. “Está en contra de construir un muro en nuestra frontera a pesar de que tiene un muro alrededor de su casa, que obviamente no le funcionó muy bien”.
Trump también habló de los incidentes de saqueos masivos en las tiendas de las principales ciudades. Los republicanos se han centrado en las rachas de hurtos como ejemplos de anarquía, diciendo que el castigo debe ser severo.
“En pocas palabras, si robas en una tienda, puedes esperar que te disparen al salir de ella”, dijo Trump a la multitud en el salón de baile de un hotel de Anaheim. El público aplaudió a rabiar. “¡Disparen!”, añadió para hacer énfasis.
Ese momento fue el más aplaudido del día. Los asistentes se pusieron de pie y corearon: “¡Trump! ¡Trump! Trump!”.
Un portavoz de Trump declinó hacer comentarios.
Los actos de campaña de Trump son relativamente pocos en comparación con sus rivales que aspiran a la candidatura presidencial republicana. Y varias de sus apariciones públicas recientes han estado relacionadas con sus acusaciones y comparecencias obligadas por los tribunales.
Esa realidad, en la que sus tribulaciones judiciales y su campaña política se funden en una sola, ha hecho que lo que Trump dice para defenderse (así como sus llamados a los seguidores para que se nieguen a “tolerar” lo que él insiste que es un enorme error judicial) estén en primer plano en casi todas sus declaraciones.
Estos días Trump expresa la mayor parte de su ira en un foro mucho menos visible: Truth Social, el sitio web de redes sociales que creó a principios de febrero de 2022, poco más de un año después de que lo vetaran de X, la plataforma antes conocida como Twitter. Su cuenta de X fue restablecida por el nuevo propietario, Elon Musk, pero solo la ha utilizado una vez: para publicar la fotografía de la ficha policial que los funcionarios le tomaron cuando acudió a la policía del condado de Fulton, Georgia, en relación con sus esfuerzos por anular su derrota electoral de 2020 en el estado.