Pero el multimillonario de 69 años y magnate de los bienes raíces encontró una audiencia receptiva en una universidad considerada bastión evangelista y parada obligada de los candidatos conservadores, desde Ronald Reagan en 1980 a Ted Cruz, su principal rival en las internas, hijo de un pastor evangélico cubano.
“Nos ha ido muy bien con los evangelista. Los evangelistas han sido maravillosos”, dijo Trump a la multitud.
“Vamos a proteger el cristianismo. Si miras lo que está sucediendo en todo el mundo… si miras a Siria, donde si eres cristiano te cortan la cabeza”, y añadió: “miras a diferentes sitios y el cristianismo está bajo asedio”.
“Yo soy protestante, estoy muy orgulloso de ello, presbisteriano para ser exacto, y estoy muy, muy orgullo de ello”.
Históricamente, los votantes evangélicos apoyan a candidatos que se muestran conservadores en cuestiones sociales, punto flojo de Trump.
Según las encuestas, dos tercios de los evangélicos republicanos indican que la posición del candidato sobre el aborto es el punto más importante a la hora de tomar una decisión electoral.
Y Trump, quien durante toda su vida política ha sido demócrata e independiente, se ha pasado recientemente a defender la posición antiabortista, dominante entre el electorado cristiano-evangélico.